viernes, enero 20, 2006

No solo ser honesto, sino demostrarlo

En estos tiempos en los que nadie cree a nadie, en los que casi ninguna institución goza de la confianza de los ecuatorianos –las imágenes de los militares y policías descendiendo por los árboles llevándose la plata del notario Cabrera están impregnadas en la memoria colectiva-, el hecho de actuar por el camino de la bondad y en la práctica de los valores se vuelve inverosímil, generando susceptibilidades que a algunos lleva a pensar lo contrario.

De ahí que la práctica de la ética en la vida profesional e íntima de una familia de comunicadores sociales, a veces, como en esta ocasión, debe ser conocida por los demás, a pesar de que el valor de la modestia pudiese resultar lesionado.

En los últimos días en los diarios La Tarde y El Mercurio se han publicado parte de los montos invertidos por la Municipalidad de Cuenca en publicidad en radio y televisión. En el mismo, al referirse a nuestra emisora –La Voz del Tomebamba- se indica que no cobra a la Municipalidad porque su propietario es el Vicealcalde de la ciudad.

Asimismo, en una radio colega, su dueño inquiría al alcalde en una entrevista si era verdad que había una emisora que no cobraba por la publicidad, insinuando que había algo raro en aquello.

Si bien es verdad que nuestra emisora no recibe un solo centavo por la publicidad oficial del gobierno local, pese a que legalmente lo podría hacer, la razón para aquello es nuestra deontología –ética profesional-; es decir, que no quede ninguna duda entre la función oficial que ocupa nuestro padre y la responsabilidad y decencia del medio de comunicación con su audiencia.

Nuestras emisoras (La Voz del Tomebamba AM, FM y Super 9’49) transmiten publicidad del municipio, pero, a raíz de un convenio firmado a mediados de 2005, hemos decidido que todo sea entregado a Acción Social Municipal como apoyo a los más necesitados, en una transacción directa, en la que no intermediamos, entre esas dos instituciones públicas. El monto mensual que recibe Acción Social es de tres mil dólares.

Por otra parte, desde la administración municipal anterior, a raíz de un convenio con la Empresa Municipal de Aseo de Cuenca (EMAC), transmitimos la publicidad de esta empresa. Sin embargo, el valor de ese servicio va dirigido a un asilo de ancianos de Cuenca, entidad que factura y cobra mensualmente.

Esto lo publicamos por primera vez, porque, en principio, creemos que la caridad y el hacer el bien no deben ser publicitados. Pero a raíz de los acontecimientos arriba anotados, nos vemos obligados a decirlo. Como lo señala el proverbio: “No basta que la mujer del César sea honesta, también tiene que parecerlo”.