domingo, julio 13, 2008

Living la vida Coldplay

Con solo tres álbumes publicados, Coldplay ya había conquistado el mundo. Es la banda que ha vendido más discos en lo que va del siglo veintiuno. Su frontman Chris Martin es el paradigma de lo que un hombre desearía: una inteligente, bella y comprensiva esposa y madre de sus hijos –la actriz Gwyneth Paltrow- y una triunfante y lucrativa profesión. ¿Qué más se puede pedir?

Cuando salió X&Y, no hubo una crítica unánime a su favor. Pero igual, el tercer cd del cuarteto de Oxford derrotó todos los pronósticos. Con “Speed Of Sound” o “Fix You” se aseguraron un puesto en la banda sonora de muchas existencias. Entonces, en 2006, habían dicho que no volverían a reunirse durante mucho tiempo, después de su gira por Latinoamérica.

Hoy, a mediados de 2008, nos hemos dado unos días para saborear “Viva La Vida Or Death All His Friends” y reconocer que han alcanzado la madurez de los elegidos, en momentos en que nada tienen que demostrar y casi todo está dicho sobre ellos.

Viva La Vida es el más conceptual de sus discos. Empieza y termina con piezas instrumentales que se encargan de trazar el escenario. “Life In Technicolor” va en in crescendo que nos recuerda al Bolero de Ravel –disculpas por el atrevimiento-. Termina a toda máquina y abruptamente para dar paso a “Cemeteries of London” con Martin cantando a lo Bono. Aquí la mano de Bryan Eno se siente con mucho peso.

“Lost” tiene una buena melodía en medio tiempo que se vuelve ideal para ser uno de los cortes de promoción como single y un virtuoso solo de guitarra de Jon Buckland. Me imagino que esta canción en concierto debe ser una de las más coreadas y aplaudidas porque da para seguirla con las palmas.

“42” tiene un suave intro con una deleitable voz de Martin. Luego se abre la canción con la banda a todo vapor y terminar solo con Chris y el único falseto del álbum.

Dos por uno es “Lovers In Japan/Reign Of Love”. En la primera parte el sonido Eno se vuelve omnipresente casi hasta llegar a la saturación. La parte dos llega como la paz y felicidad después del climax.

“Yes” es el corte más largo -7:07- y menos Coldplay del disco. Hasta la voz de Martin suena de inicio gruesa y seria para dejar paso a sonidos arabescos –recuerdos a Tarkam-. La canción parece terminar porque se callan todos los instrumentos y vuelve a comenzar con otra armonía instrumental diferente para que se luzcan los intérpretes.

Llegamos a la mejor canción del disco “Viva La Vida”. Es la frase que vieron en un cuadro de Frida Kahlo cuando visitaron México. Con una cadencia movida y alegre, algo raro para los mártires del brit-pop, la canción pasa directamente, sin solicitud de visa, a la colección de sus grandes éxitos. Acompañada de instrumentos muy pulidos y los arreglos orquestales de Eno, “Viva La Vida” hace lucir aún más a Martin, Champion, Buckland y Berrymen.

La canción de portada ha sido “Violet Hill”, que puede ser la hija menos agraciada de las diez, pero que anunció al mundo en mayo que la banda se reinventaba creando entonces un enorme signo de interrogación.

“Strawberry Swing” es otra composición abrillantada por el exproductor de U2 y la decena se cierra con la deslumbrante “Death And All His Friends” que es una de las abanderadas de “Viva… “, en donde lo instrumental se enseñorea sobre lo vocal.

En definitiva, este puede ser el disco del año, es cierto. Lo bueno de escuchar Coldplay se mantiene intacto: lo puedes repetir muchas veces y no te cansas. Es más, en esta placa se puede descubrir algo más, cada vez. Por ahora, es mi disco de las vacaciones, el cd de la playa, la música de mi auto y entran a la lista de las canciones más escuchadas de mi i-pod. ¡Viva Coldplay!

martes, julio 01, 2008

La emoción de los premios Tinta Tinto

Los estudiantes de Comunicación Social tienen su propia alfombra roja. Cada año, los del octavo y último ciclo organizan la entrega de los "Tinta Tinto", una especie de Pullitzer de la Escuela que premia a los mejores trabajos del año. Se otorgan reconocimientos a campañas comunicacionales, vídeos, audios, entre otros. Al acto acuden también los profesores; algunos de ellos hacen de jurados.

Este año fue un éxito en organización. La rapidez y el buen ambiente prevalecieron sobre la formalidad y la sobriedad. El manejo técnico estuvo impecable. Hubo momentos emotivos como el recuerdo a Patricio Sagbay, el compañero muerto hace un año en un accidente de tránsito o la larga despedida audiovisual de los casi egresados.

Se va un grupo muy unido. La parte final del acto fue la exposición de la colección de imágenes de sus mil y un reuniones con el fondo de Photograph de Nickelback. Camaradas y hermanos para toda la vida. Préparate mundo porque allá van los nuevos periodistas, publicistas y relacionadores públicos de la Universidad del Azuay.

Vendrá septiembre. Ellos ya no estarán de nuevo en las aulas, los patios y pasillos. A cambio, una nueva generación de asustados, inquietos y soñadores dieciochoañeros irrumpirá por esos mismos sitios. Es la inmutable lógica de la ley de la vida.