viernes, abril 07, 2006

Los cazadores de primicias

El jueves seis de abril de 2006 a las 18 horas treinta conocíamos en nuestra redacción el nombre del joven que media hora antes había fallecido a causa de un disparo tras un enfrentamiento de manifestantes con policías en la avenida 12 de abril. La confirmación venía del médico jefe de la clínica quien nos indicó que todavía no llegaban al lugar familiares del occiso.

Entonces nos vino a la mente el siguiente dilema: ¿Se justificaba publicar en ese momento el nombre del joven asesinado o, en sacrificio de la primicia, esperar hasta que conozcan y lleguen a Emergencias de la Clínica Santa Inés, los familiares del chico?

Una experiencia parecida se vivió hace más de una década, cuando un conductor de un vehículo, sintiéndose agredido por un grupo de manifestantes, disparó su arma y mató a uno de los protestantes en la esquina de las calles Padre Aguirre y Lamar. Entonces dijimos el nombre del fallecido enseguida lo conocimos. Luego supimos que su madre se había enterado por nuestro medio de tan terrible noticia.

En otros países, España o Estados Unidos, por ejemplo, es una práctica de los organismos de socorro (Bomberos, Cruz Roja o Policía) no entregar listas de fallecidos o heridos hasta tanto no conozcan sus familiares. Luego de haberles informado, proceden a decírselo a los periodistas.

Volviendo al caso reciente, nuestra decisión fue mantener la reserva del nombre. No sabemos si alguna otra radio lo informó como su privilegio noticioso. Esperamos que no. Los familiares del chico, que además era menor de edad, llegaron al departamento de emergencias de la clínica a las siete de la noche. Luego de aquello pudimos dar el nombre. Fue una autorregulación que nos impusimos y creemos que hicimos lo correcto.

Como dicen María Teresa Herrán y Javier Dario Restrepo en “Ética Para Periodistas” (Ed. Norma, 2005), “la prisa es uno los enemigos del buen periodismo, tanto desde el punto de vista técnico como ético”.

Generalmente una noticia de estas se conoce en la redacción de un medio a través de algún amable oyente o amigo que se toma el tiempo de llamar a la radio o enviar un mensaje de texto por su celular. La siguiente actitud debe ser la de comprobar ante fuentes oficiales la noticia o acudir al lugar de los acontecimientos para efectuar una comprobación propia; aún así, se precisarán elementos claves para afirmar los hechos que ya se saben, pero que no se los podía dar a conocer. Toda esta pericia periodística debe ser previa a la transmisión de la noticia.