martes, septiembre 25, 2007

Apatía indolente

Partamos de una cosa: los huéspedes de Montecristi serán, en su mayoría, aquellos que desde enero respaldaron la Asamblea Constituyente. Es como una fiesta, cuyos anfitriones son los que hoy nos gobiernan y a la cual asistirán sus íntimos y unos cuantos convidados a los que les tocará cumplir el papel del invitado por compromiso: sentirse extraños y aislados en la verbena.

A pocas horas de las elecciones, nos permitimos realizar los siguientes apuntes acerca de la campaña en Azuay:

Para ser una primera vez en el sistema de publicitar las candidaturas, con el gasto de 10 millones de dólares de dineros del pueblo, las Franjas Publicitarias han sido un estrepitoso fracaso.

La difusión por radio, televisión, prensa y vallas logró homogenizar a todos los movimientos nuevos, entre los que hay buenos candidatos, nadie lo duda, pero a los que les mezclaron con adefesios en los que su atrevimiento e ignorancia es inversamente proporcional a su preparación académica.

Entonces, hemos asistido a la transmisión de un rosario –más gráficamente suena “chorizo”- de spots; casi todos, más o menos, bajo el mismo esquema: locutor presentador, ofertas del aspirante y locutor invitando a votar por la lista. La creatividad y la imaginación estuvieron ausentes o muy lejanas.

Así, se le hará sobrehumano al elector ubicar a aquel nuevo candidato con su nuevo movimiento, al momento de ponerse al frente de la voluminosa papeleta y votar. Hay que sumarle a esto las decenas de fotos que complicarán más el asunto.

Al final, los únicos favorecidos serán los candidatos gobiernistas, es decir, los anfitriones de la celebración que, sin vergüenza en la cara, han exprimido y usufructado de todo el armazón de la administración pública.

Siendo, como es, una elección de enorme importancia para nuestro futuro, el desinterés del elector ha sido patético por esta votación. Muchos, la mayoría, se siguen preguntando por el mecanismo de votación. No saben por cuántos se puede votar ni cuántas papeletas les entregarán en la junta. Una apatía indolente que también le favorece a la lista gobiernista y a los partidos tradicionales y castiga a los nuevos movimientos.

miércoles, septiembre 19, 2007

Enfermos de violencia

Cuando de pronto se abre un hueco en medio de la barra Crónica Roja en la general del estadio cuencano, muchos asistentes se tapan los oídos con las manos por el inminente estruendo que sacudirá el ambiente. Son las explosiones de las camaretas, gráficamente llamadas tumbapuertas. Su hiriente retumbo asusta al desprevenido. Su poderosa onda hace vibrar las ventanas de las cabinas de radio. Este acto ofensivo, que es celebrado por unos pocos y rechazado por la mayoría, cumple su objetivo: amedrentar al rival del Deportivo Cuenca, a los hinchas del equipo visitante y a cualquiera que ose reclamarles, policías incluidos.

Desde la barra se lanzan cohetes que cruzan en medio de las vergonzantes y gigantes botellas inflables del licor auspiciante. El alcohol se consume con deleite en todo el estadio abastecido por las vendedoras de delantal que recorren las gradas ofreciéndolo descaradamente en sus charoles. No es más que otra noche de viernes en la que el escenario deportivo se convierte en la cantina más grande del mundo, bajo la mirada cómplice de todas las autoridades. Luego, terminado el partido, algunos seguirán con la jarana, perdiéndose por los mil y un recovecos de bohemia etílica que ofrece Cuenca.

Las sirenas de las ambulancias de los bomberos ululan toda la madrugada. Los servicios de emergencia trabajan sin descanso atendiendo desde borrachines heridos por caídas, ebrios acuchillados por resistirse a un asalto hasta heridos despedazados por accidentes de tránsito. Normal para Cuenca, ciudad enferma de alcoholismo.

Pero, en los últimos tiempos hay otro problema que se suma al arriba anotado: la ascendente violencia de ciertos hinchas. Ellos han copiado los ignominiosos modelos de barras bravas de otros países en donde la violencia en los estadios es moneda de libre circulación. Son seres que, refugiados en el montón, amenazan y agreden a quien se aventure a usar una camiseta del rival.

Este sábado se juega el clásico regional Deportivo Cuenca-Deportivo Azogues. Algunos de estos flamantes violentos lo asume como si fuese una guerra de dos ciudades, en la que la agresión física dentro y fuera del estadio consta en su agenda de salvajadas. Es posible que la terrible y conmovedora muerte del niño Carlos Cedeño Véliz, provocada por un psicópata de la barra Sur Oscura del Barcelona en Guayaquil, amortigüe temporalmente los impulsos criminales de los que creen que un simple encuentro deportivo es motivo suficiente para herir y matar.

domingo, septiembre 16, 2007

Las peripecias de viajar

Viajar es un alimento para el alma dice la frase de una de las cadenas hoteleras más conocidas del mundo. Y es cierto, especialmente cuando se viaja por vacaciones y, más aún, con toda la familia. Entonces, todo trámite previo va acumulando una sensación que va pasando de la ilusión al deseo y, por último, a la acción de ir a otro lugar a descansar, cambiar de ambiente y bajar las revoluciones.

Una de las mejores impresiones es aquella de despertarse en la mañana, abrir los ojos y ver que estamos en otro cuarto que no es el nuestro y, mejor aún, de vacaciones; que no hay mayor obligación por delante que la de no hacer nada serio e importante durante el resto del día.

Todo desplazamiento tiene sus aventuras. La mayoría, terminan como anécdotas que se arraigan y comparten con nuestro círculo más cercano. Hay de las otras. Aquellas desagradables que, por lo general, se relacionan con el transporte. Que se bajó una llanta; que se recalentó el motor; o, que el avión te dejó porque llegaste tarde –que es una de las peores cosas que pueden suceder-.

Hoy nos tocó de estas últimas. Y no por nuestra culpa. El vuelo con conexiones Miami-San José se retrasó dos horas, tiempo suficiente para trastornar toda nuestra travesía. Al llegar a las 11 y 5 de la mañana a la capital tica, nuestro vuelo de conexión con Quito y Guayaquil tenía media hora en el aire.

Las disculpas de los funcionarios de Taca no llegan a remediar el perjuicio causado. Toca esperar varias horas en el aeropuerto Juan Santamaría, en medio del ansioso ir y venir de cientos de pasajeros en tránsito –o en trance-, hasta conseguir otro vuelo, esta vez por Copa que llegará a nuestro penúltimo destino: Guayaquil. En el centro de información de la aerolínea nos prometen cubrir con los gastos extras que este imprevisto provoca.

Nuestros trastocados planes obligan ahora a pasar la noche en Guayaquil, porque, como sabemos, eso de viajar por la noche por Puerto Inca y Molleturo, en medio de una densa neblina y al acecho de los asaltantes de carreteras, saliendo desde el aeropuerto José Joaquín de Olmedo es una ruleta rusa, un riesgo demasiado grande que no estamos dispuestos a correr.

La noche de este domingo llegamos a Cuenca, y hemos cumplido 40 horas de viaje, una eternidad para regresar de los Estados Unidos, por cierto. Pero, hay un gran pero más: en el avión de Copa, que nos trajo a Ecuador, no nos llegó una sola maleta. Se quedaron en Panamá. Promesas de que nunca se pierden y que nos enviaran a Cuenca nos deben tranquilizar. Pese a las peripecias, en cada viaje siempre habrá algo bueno que sacar a limpio y queda impregnado para siempre en nuestra memoria.

martes, septiembre 11, 2007

Blogs y Sociedad

Andrés Martínez Moscoso, a quien no tengo el gusto de conocerlo, escribe acerca de esta nueva forma de expresión: el blog. Nos nombra en su columna en la página de opinión de Diario El Mercurio. Aquí lo leemos:

Sentado frente a mi computador, revisaba las noticias internacionales y miraba las estadísticas de crecimiento de China, y la inversión realizada para los Juegos Olímpicos, con el objetivo de crear una nueva imagen del país; todo esto ha hecho que su economía se haya dinamizado y en la actualidad se encuentre entre las potencias más grandes a nivel mundial.

Sin embargo, contrasta la cantidad de abusos de las garantías fundamentales de sus ciudadanos, claramente documentadas en un “blog” de una ciudadana china, Zeng Jinyan, quien narra, a manera de bitácora, los duros acontecimientos y situacio
nes que le ha tocado atravesar junto a su familia, por los abusos del gobierno central chino. Si usted querido lector no tenía conocimiento, China limita el acceso a las páginas web, siendo así, si usted se encuentra en dicho país y desea navegar y explorar en una página que no se encuentra habilitada por el gobierno, simplemente usted no puede ingresar.

Un país con progresos pero con limitaciones, aquí nace el cuestionamiento. ¿Hasta que punto se puede ir en contra de los derechos de los individuos para alcanzar el progreso del país? Hay que rescatar la actitud tomada por Zeng Jinyan quien, a pesar de tener limitada su libertad de expresión, ha buscado medio alternativos para luchar en contra de injusticias e ilegalidades impuestas por los más fuertes. Sería interesante que quienes en nuestro medio reclaman y protestan contra las ilegalidades utilicen estos medios y dejen esa protesta caduca, expresada en las paredes, agrediendo las fachadas de los inmuebles del centro histórico, pintando consignas “pseudo” revolucionarias, firmas de movimientos combatientes, etc.

Sin duda, todos los ciudadanos tenemos el derecho de expresar libremente nuestro pensamiento y nuestras ideas, sin embargo, es necesario que todo esto sea canalizado de una manera adecuada mediante la cual la ideología que pretenden expresar pueda llegar a un mayor espectro de receptores.

En la actualidad, dentro de la Web existe una variedad de espacios que permiten al ciudadano expresar sus sentimientos, ideas, necesidades, etc. Así, la idea de los blogs es la de un diario o una bitácora, en la cual el “blogger”, narra de una manera cronológica sus actividades, y las trasmite al visitante. Las páginas principales que brindan este servicio son Blogspot y Wordpress, soportes en donde el usuario -de manera gratuita- puede crear su blog sobre un tema determinado y expresarse hacia la sociedad.

En nuestra ciudad ya existen una serie de blogs que narran historias acerca de las vicisitudes de sus propietarios y, sobre todo, de esa enigmática Cuenca. Destacan entre estos, “Cuencano en el Planeta”, creado por el periodista Jorge Piedra Cardoso (www.jorgepiedra.blogspot.com) quien en otra faceta, pero con seriedad y profesionalismo, muestra a su lectores situaciones cotidianas. Otro blog que destaca es, www.elpubcuenca.com, proyecto realizado por jóvenes cuencanos quienes, a través de graciosos seudónimos (Taita Honorato, Pako Superstar, Julián Matadero) y un correcto uso del lenguaje, presentan artículos humorísticos sobre la idiosincrasia azuaya.


Por todo eso, pienso que el ser humano cuando encuentra cualquier tipo de limitaciones -dígase limitaciones a la libertad de expresión-, ingenia nuevos medios y soportes para expresar sus ideas, pues la VERDAD solamente se puede encontrar gracias a la construcción del conocimiento. Es hora que los ciudadanos encuentren un espacio a través de estos nuevos medios de expresión, le invito a usted lector para que lo intente, no se arrepentirá.
(andresmartmos@gmail.com)

martes, septiembre 04, 2007

Homónimos

Si usted se llama Carlos Andrade, Jorge Vélez, Fernando López, Guillermo Ochoa o Jorge Andrés Piedra tiene un serio problema judicial, si aún no lo sabía.

Estos nombres y centenares más se suman cada día a la base de datos de la policía ecuatoriana con solicitudes de arraigo o, peor aún, órdenes de prisión emitidas por algún juez de los muchos que hay en el país.

Una de las noticias más desagradables que le puedan dar a uno es que, justo antes de viajar fuera del Ecuador, le digan que no puede por orden de un juzgado. Casi siempre los afectados son los homónimos que, con la inocencia que los pinta se presentan ante los filtros de migración, justo antes de abordar un vuelo internacional. Quedan helados y se les derrumban todos sus proyectos.

“Tiene orden de prisión emitida por el juez primero de lo penal de Zamora” le dijeron a mi hijo Jorge Andrés cuando tramitaba el permiso de salida, a pocas horas de tomar el avión. Ese escaso tiempo sirvió para tramitar la aclaración correspondiente que conlleva el inesperado traslado hasta el juzgado acusador, buscar al Jefe de la Policía de Migración de Zamora Chinchipe que solicite la aclaración de que se trata de un homónimo; esperar que el juez revise y emita una aclaración y, por fin, con el salvoconducto en las manos, regresar con rapidez para obtener el permiso policial. En este caso, el juez solo había proporcionado a la policía los dos nombres y un apellido del requerido, pese a conocer el segundo apellido.

En otros casos es peor. Hace unos años, me tocó tramitar ese permiso en Cuenca para salvar a un homónimo manabita de un tal Carlos Andrade (solo un nombre y un apellido) que tenía orden de prisión en el juzgado del Dr. Guillermo Neira, quien me contó que no tenía más datos del requerido que solo su nombre y apellido. Nada más.

En el caso de Guillermo Ochoa, tiene orden de prisión en Huaquillas; a Fernando López lo requieren en Manabí y, a Jorge Vélez en Guayaquil. Casi siempre con un nombre y un apellido. Y así, hay centenares más.

Frente a los escasos datos que los jueces tienen de los requeridos, deberían indicar otros rasgos peculiares de estos como la edad, por ejemplo. Y si conocen todos sus detalles, como el caso de Zamora, deben entregarlos a la policía.

Cosas que solo pasan en Ecuador. Por eso, para no tener estos apuros con los homónimos, es mejor llamarse Guerman como mi hermano o Guifor com o nuestro compañero del periodismo deportivo; o cambiarse de nombre como don Ganzo Peña.