martes, julio 31, 2007

Cantando por un voto

El oficio circula entre rectores de colegios y directores de escuelas del Azuay. Usted lo mira a la izquierda y le sugiero que le haga un click para leerlo. El edicto se explica por si mismo.

Esto es como si Abdalá Bucaram hubiese dado la misma orden para la canción "Un velero llamado libertad" de José Luis Perales, Angela Merkel (canciller alemana) para "Angie" de Rolling Stones o Bill Clinton para "Don't Stop" de Fleetwood Mac.

Es que en la campaña por ganar votos para la Asamblea Constituyente todo vale, hasta estas probetas de stalinismo doméstico.

Y por si acaso, a continuación publicamos la letra para que la aprenda en vacaciones, no vaya a ser que, por no recordarla, no le entreguen los útiles escolares:

PATRIA

Patria, tierra sagrada de honor y de hidalguía,
que fecundó la sangre y engrandeció el dolor,
¡cómo me enorgullece poder llamarte mía,
mía, como a mi madre, con infinito amor! (bis)

Por tus cruentos martirios y tus dolientes horas,
por tus épicas luchas y tu aureola triunfal,
por tus noches sombrías y tus bellas auroras,
cúbrenos siempre ¡oh Patria! con tu iris inmortal. (bis)

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Como dice un refrán: La vergüenza, cuando sale ya no entra.

domingo, julio 29, 2007

Si los tiburones votaran

No se si a usted, pero a mi me produjo no solo estupefacción. Me revolvió el estómago, apreté los puños y los dientes y tuve que tomar una larga respiración para retornar a la sensatez. Entonces, me acerqué a mi esposa y a mis hijos para contarles lo que había provocado el presidente Correa al permitir la masacre de los tiburones de nuestros mares y al ver los primeros resultados de su decreto 486 sobre las normas de su pesca “incidental”, publicados el viernes 27 de julio en El Universo. Sus reacciones fueron las mismas: estupor, rabia, por qués y, finalmente, reproches y desencantos como “¿qué culpa tienen los tiburones? ¡Qué shunshos que son! Y yo que vote por éste. Protesta papi. Haz algo en la radio o escribe en tu blog.”

Leído el decreto, no queda duda que no es sino una tomadura de pelo. El término “incidental” es una palabra que deja el campo libre para arrasar con la población de escualos. Según el Diccionario de la Real Academia Española significa “que sobreviene en algún asunto y tiene alguna relación con él”. También alude a un “accesorio de menor importancia”. El mismo funesto edicto permite en su artículo 1 “la captura involuntaria de especies acuáticas”. Imaginémonos que somos pescadores artesanales que zarpamos a las primeras horas de la madrugada en las pangas a nuestro trabajo diario. ¿Nos va a interesar atrapar lenguados o atunes por los que a duras penas nos pagarán menos de un dólar por libra o perseguir tiburones por los cuales nos gratificarán con no menos de diez dólares por sus aletas? Entonces, el adjetivo “incidental” no cabe porque los tiburones no son “accesorios de menor importancia”.

Por otro lado, ¿quién va a vigilar a los 240.000 pescadores artesanales si apenas hay 20 guardias para controlarlos como denuncia Grace Jaramillo en El Comercio? Además, también hay que tener en cuenta que en alta mar se producen los peores atentados cuando se traspasan, de un barco pesquero a buques factorías de gran calado, miles de las membranas apetecidas en Asia.

La cacería del tiburón es brutal y atroz. Luego de atraparlos, y estando vivos, los depredadores les cortan sus aletas y, medio agonizantes, los tiran por la borda. En You Tube hay varios videos que muestran estos desalmados actos del ser más nocivo del planeta: el hombre.

El año pasado según datos de la UNESCO, en Galápagos se pescaron 300.000 tiburones. El emblema de las islas es el tiburón martillo. Según buzos de la ONG Charles Darwin se registra una alarmante disminución. A nivel mundial, se estima que la cifra supera los 73 millones de escualos sacrificados cada año para satisfacer el paladar de asiáticos, falsamente convencidos de supuestas propiedades afrodisíacas.

Ascos parece darle a la propia ministra de Ambiente Ana Albán, cuando dice que no es un decreto de larga duración, como para zafarse y marcar distancias; y, sobre todo, darnos a entender que, pasadas las elecciones de la Asamblea Constituyente y del referéndum, se volvería a la prohibición anterior. Pero nadie garantiza aquello con un presidente necio y obcecado, que llega a justificarse acusando, una vez más, a los medios de comunicación.

En la balanza de su inacabable campaña electoral, pesan más los 200.000 votos de los pescadores que el exterminio de la fauna marina de las costas ecuatorianas. Otra sería la historia si los tiburones votaran.

viernes, julio 27, 2007

Campaña descarada en Azuay

El clima les jugó una mala pasada a unos cuarenta militantes de Acuerdo País, el partido del presidente Rafael Correa. Fueron con banderas verdes a las siete y media de la mañana de este miércoles 25 de julio a recibir a sus candidatos nacionales en el aeropuerto Mariscal Lamar. Las malas condiciones de visibilidad no permitieron el ingreso de aeronaves a Cuenca.

Llegó a media mañana Alberto Acosta desde Quito y, luego Rosana Queirolo desde Guayaquil. Además vino Mónica Chuji, Aminta Buenaño, entre otros, a los que se les unió el adepto local Fernando Cordero. Todos son candidatos de la lista nacional. Pese a que lo negaron públicamente, vinieron a lo que vinieron: a hacer proselitismo. Acosta y Cordero estuvieron en Gualaceo, aprovechando las festividades del patrón Santiago para promocionarse en este todo vale y a mi qué me importa.

La desfachatez llegó hasta el extremo de acudir al mismo estadio de Gualaceo en donde, ante cinco mil personas, se representó la batalla de moros y cristianos. Agitaron banderas, repartiendo sonrisas y estrecharon manos de la gente. Si esto no se llama campaña política, entonces ¿en qué país estamos?

Rosana Queirolo, tratando de demostrar que no solo tiene muy buena facha sino también neuronas, explicaba en los medios por enésima vez que ella es experta en marketing y graduada en universidades norteamericanas. Al respecto tengo dos preguntas:

1) Si no fuera candidata ¿hubiese venido a Cuenca a solicitar que la entrevisten en los medios de la provincia del Azuay?

2) Si resulta elegida asambleísta o luego el presidente le nombra ministra ¿volverá a pedir un espacio en los medios?

Horas antes, el candidato provincial de Acuerdo País, Fernando Vega, con convocatoria previa a los medios, también convirtió en una tarima propagandística su alegato ante el Tribunal Electoral del Azuay. Está acusado por otros políticos de utilizar los boletines dominicales que se entregan en las iglesias de Cuenca para promocionar un nuevo Ecuador, bajo su firma.

A estas alturas, no hay partido o movimiento que no trate de obtener un espacio en los medios de comunicación o en otros estamentos. Las solicitudes de espacios en los noticieros han aumentado. Bajo cualquier pretexto, como por ejemplo la política petrolera, el precio de la leche o la vialidad del austro, se presentan para hacerse propaganda.

Hay otros que han aprovechado incluso sus malas artes. Como la profesora que entregó a sus alumnas del colegio las hojas para recoger firmas de apoyo del movimiento que lleva su nombre. Ella ha sabido beneficiarse de ese escarnio para haber salido del anonimato. Obvio, hoy es un poco menos desconocida que antes.

Las visitas de los candidatos nacionales, asimismo bajo cualquier motivo, se incrementan día a día. Vienen a talleres, seminarios o “invitados por sus coidearios”. Con agenda llena, durante la mañana visitan una radio, luego el canal de televisión y más tarde el periódico. Al mediodía van a otra radio, a otro canal de tv y a otro periódico, antes del almuerzo que recién será a las tres de la tarde. Es que el estómago puede esperar. No habrá tiempo para la siesta porque ya vendrá la visita a otra radio y así por el estilo.

El Estatuto de la Asamblea ordena que la campaña electoral tendrá una duración de 45 días, esto es, a partir del próximo 13 de agosto. Entonces, el llamado del Tribunal Supremo Electoral a los candidatos a que se abstengan del proselitismo adelantado, no es más que darles luz verde a los políticos para hacer lo contrario.

(La fotografía es de Diario El Mercurio, captada cuando los candidatos de Acuerdo País visitaron el periódico)

PD: Pakosuperstar me envió un comentario y una prueba más de la campaña de Acuerdo País en el Tribunal Electoral el pasado miércoles 25 de julio. Vea el siguiente video:



martes, julio 24, 2007

Con Andrés Carrión en La Voz del Tomebamba

Estos son días complicados para la profesión de periodista. Censuras oficiales, generalizaciones rencorosas y palabras en doble sentido han estropeado la práctica de la comunicación. El mandatario roza la obsesión testaruda de su prejuicio contra los informadores, mientras sus admiradores le hacen ronda.

Son duras jornadas porque el permanente vejamen gubernamental tiene su eco en otras parcelas de la comunicación social. Nuestros periodistas nos cuentan el creciente ambiente de hostilidad que afrontan. Ejemplos como el ocurrido durante el paro minero de junio, cuando se señalaron varias agresiones a los reporteros por parte de un sector extremista de los manifestantes; o, cuando autoridades, como el ex comandante de la policía local Raúl Ribadeneira trataba con grosería y prepotencia a los reporteros. Los malos ejemplos han empezado a propagarse como hongos después de la borrasca.

A muchos colegas no les llegan las ofensas cotidianas. En lo personal sigo creyendo que, cuando el presidente reprocha a los medios, no se está refiriendo a las radios en las que trabajo. Pero, cuando insulta a los periodistas, siento que cada vez más está apuntando a quienes no nos subordinamos a la intransigencia y no admitimos los sectarismos.

Andrés Carrión, periodista de radio y televisión, compartió durante dos días la mesa de nuestro noticiero de las siete de la mañana. Fue una enriquecedora conexión con su noticiero “La Palabra” de radio Sonorama. Andrés escribe en su blog que “el pasado reciente nos enseña que presidentes que provocaron la unidad, el entendimiento y la aproximación fueron los que la historia los recuerda con mayor consideración: Clemente Yerovi y Galo Plaza. Aquellos como León Febres Cordero se los tiene más bien en la vasija de los desafectos”.

Cuando, fuera de micrófonos, le pregunté su opinión acerca del enfrentamiento del presidente con la prensa, dijo que había una buena parte de razón del mandatario cuando criticaba a los banqueros dueños de los medios: “No puede ser que quien maneja el 70 por ciento de la banca del país, sea dueño de un canal de televisión”. En lo que no estaba de acuerdo era en el ambiente de hostilidad e intolerancia al que hemos llegado en estos seis primeros meses de régimen del socialismo del siglo veintiuno.

Al final, en medio del ambiente crispado en que se halla el periodismo ecuatoriano, recibimos varios mensajes de felicitación por la presencia de Andrés Carrión en La Voz del Tomebamba, compartiendo las entrevistas y las noticias durante dos jornadas. Una agradable experiencia que esperamos repetirla en el futuro con otros comunicadores.

viernes, julio 20, 2007

La Pottermanía en Cuenca


Con la ansiedad propia de una niña impaciente, un grupo de fanáticos de las historias de Harry Potter en Cuenca, aguardaron en Librimundi la llegada de las 6 de la tarde con un minuto para adquirir el libro final de las aventuras del aprendiz de mago.

María Cristina, una adolescente a la que le gusta que le llamen Lunita, a sus catorce años ha leído los seis libros anteriores y todas las historias paralelas, amén de haber visto varias repeticiones de las cinco películas de la saga del joven hechicero. “Me han gustado más los libros que las películas”, opinó, pocos minutos antes de la hora esperada.

Bajo un ambiente un tanto hollywoodiano, a los asistentes, la gerente de la librería les entregó un número para el sorteo del primer ejemplar y el privilegio de abrir el candado que guardaba los codiciados libros.

A la hora señalada, en un sombrero de bruja se colocaron los papeles numerados de los inscritos. Lunita daba pequeños saltos por su agitación, mientras en los parlantes se escuchaba la música de la banda sonora de la película. Tenía el número 16 en su mano izquierda. Tras cuatro números fallidos, llegó el momento en que una señora con uniforme de oficinista cantó el anhelado por María Cristina, quien recibió la noticia con saltos de alegría.

En Cuenca, Librimundi lanzó la obra una hora antes que en el resto del mundo, puesto que se previó que se venda desde el sábado 21 a las cero horas GMT, es decir, desde las siete de la noche del viernes 20 en Ecuador. Bajo un candado y cadenas, las cajas que contenían el séptimo libro de J.K. Rowling fueron abiertas por la afortunada ganadora del primer ejemplar.

“Deathly Hallows” (Harry Potter y la Santa Muerte) ha colocado sus primeras doce millones de copias solo en Estados Unidos. A la fecha, las impresionantes cifras de ventas de los seis números anteriores llegan a los 325 millones de ejemplares en 64 idiomas.

Lunita y varios de los asistentes no esperaron leer todo el libro de 607 páginas para abrir las últimas y enterarse que Harry Potter no muere como se había especulado. Con el alivio de aquello, le queda entera la apasionante lectura, en estas vacaciones, que resolverá todos los misterios planteados desde la primera obra (La Piedra Filosofal).

Hay un aparente obstáculo en todo esto: el libro está escrito en inglés y la edición en español recién será lanzada en 2008. Es otro reto para Lunita y todos los fanáticos de Harry Potter: leerlo así con un diccionario inglés-español a la mano.

Antes de dedicarse de lleno a la obra, María Cristina visitó el portal de Harry Latino para ufanarse en el foro de que había sido la primera en adquirir el libro, una hora antes que el resto del mundo y, mucho mejor, regalado.

martes, julio 17, 2007

Llevados del mal modo

Los aficionados rojos salían del estadio mordisqueando su mal humor cerca de las diez de la noche del viernes 13 de julio. El Deportivo Cuenca cayó ante el visitante Deportivo Quito por 2 a 3, después de haber estado en ventaja casi todo el partido. Con paso rápido para esquivar el frío, pegados la vista al suelo y el oído al transistor donde el comentarista desentrañaba el fracaso, lo único que querían era llegar al coche que los llevaría de regreso a casa y esperar que mañana sea otro día.

Para redondear el karma total del viernes trece, varios hinchas no encontraron sus vehículos en el lugar donde los habían dejado. Del susto inicial por un potencial robo pasaron al disgusto al enterarse que habían sido llevados por los remolques municipales.

Un par de horas antes, muchos de ellos, conocedores de la prohibición de estacionar sobre las veredas de la avenida Solano, treparon sus máquinas pensando que no pasaría nada “porque desde hace tiempo que no se llevan los carros mal estacionados”. También sabían del conflicto entre policía de tránsito y municipio de Cuenca por este asunto, lo que había provocado la suspensión de los operativos de arrastre desde hace varias semanas.

A los hinchas infractores les tocó pagar una multa de veintiocho dólares para recuperar sus autos de los patios, después de la insoportable espera que supuso la inclemente intemperie y la cola interminable de todos los castigados.

Algunos creerían que fue un día de mala suerte, cuando llegaron a sus casas cerca de la medianoche. Pensarían que estuvieron en el momento y lugar equivocados. Pero también pensarían la próxima vez que quieran dejar su carro sobre el camino peatonal, en la vereda, obstruyendo la rampa para discapacitados o bajo el cartel de prohibido estacionar. Y entonces se darán cuenta que cada quien tiene la suerte que se merece.

martes, julio 10, 2007

Objetos extraños sobre Zhucay

El viernes 6 de julio, en radio La Voz del Tomebamba, el Dr. Felipe Camacho, Director del Consejo de Seguridad Ciudadana, fue entrevistado sobre el tema de las recientes inundaciones. Unos minutos antes de entrar a la cabina, nos mostró esta foto. Fue captada hace algunos días para registrar el cumplimiento de unos trabajos de instalación de una antena de radiocomunicación a la altura de Zhucay, al sur de Cuenca. Se puede ver la carretera Cuenca-Tarqui en la esquina inferior izquierda.

La placa salió de una cámara digital de 4 megapixeles y quien la tomó, así como los que aparecen en la foto no se dieron cuenta de nada raro al momento de la instantanea. Sin embargo, al proyectarla en la pantalla de una computadora se pueden observar tres extraños objetos entre las nubes sobre la zona de Irquis, a los que hemos encerrado en círculos para su rápida ubicación. Si quiere acercarlos y mirarlos con más detalle, haga doble click sobre la foto. Viniendo de la persona que viene -Dr. Felipe Camacho-, me permito publicarla, no sin antes haberlo pensado varias veces.

Es probable que usted lo crea o no. Pero, para los que dudan (me incluyo), hay una frase de Dana Scully, la agente de los Expedientes X. La compañera de Fox Mulder dice: "Nada ocurre en contradicción con la naturaleza, sólo en contradicción con lo que conocemos de ella."

¿Diputados? ¿Cuáles diputados?

¿Cuáles son los cinco legisladores azuayos? Para un periodista cuencano que vive en medio de la agitación de las noticias, esta era una pregunta de respuesta fácil, hasta hace poco. Ahora, es probable que muchos colegas, me incluyo, no puedan decir con fluidez los nombres y apellidos de nuestros cinco representantes.

Después de la destitución de cincuenta y siete de ellos por parte del Tribunal Supremo Electoral, acto respaldado por el gobierno, volaron las cabezas de Fernando Aguirre Cordero (PSP), Antonio Álvarez Moreno (PSC) y Oswaldo Flores Manzano (PRIAN). Luego, convocadas las elecciones para la Asamblea Constituyente, otro de los legisladores titulares, Fernando Cordero Cueva (MCNP), renunció a su asiento en el edificio del exBanco Central del Ecuador para postularse como candidato en la lista nacional gobiernista, lo que le ha valido una serie de comentarios muy sarcásticos en el blog El Pub. Entonces, el único principal que ha quedado es el inextinguible Carlos González Albornoz (ID).

De los cuatro nuevos, dos han sido conocidos por sus actividades anteriores: el comunicador radial Luis Vintimilla Lazo (PSC), y el abogado y profesor universitario Caupolicán Ochoa Neira (MCNP).

Sigamos. Ahora es cuando se va poniendo difícil el asunto. Los otros dos diputados del Azuay son Luis Vega (PRIAN) y Pablo Arévalo (PSP). Desconozco sus segundos apellidos y sus actividades anteriores. Ambos, hasta antes de la sacudida de los manteles, se desempeñaban en las cómodas y bien remuneradas vocalías del Tribunal Electoral del Azuay.

A uno de ellos le acaba de caer el cabalístico 7-7-7, cuando el sábado 7 de julio de 2007, el presidente Correa le denunció como uno de los supuestos traficantes de influencias a cambio de votos en el congreso a favor del gobierno. El primer mandatario lo nombró en medio de otros legisladores y anunció que tenía pruebas porque hizo actuar como su emisario en las presuntas negociaciones corruptas a un capitán de policía.

Con este antecedente, le entrevistamos al aludido diputado Pablo Arévalo este lunes 9 de julio. Fue la primera vez que se expresaba a través de la radio. La impresión que dejó en sus palabras de descargo fue que, aparentemente es un hombre humilde y honorable. Atribuyó esta acusación, al hecho de haber sido uno de los diputados que firmó la solicitud de juicio político al ministro de economía, Ricardo Patiño. A ratos, se le quebraba su voz al defender de su probidad, poniendo como motivo para ello a su familia. Pero lo que debo lamentar, y quizás muchos de quienes escucharon la entrevista lo percibieron, fue su poca preparación académica para representarnos. Con un léxico limitado, ingenuidad escolar y asumiendo su falta de experiencia parlamentaria, su talla está muy lejana para ser legislador de la provincia del Azuay.

Cuando el 26 de octubre pasado, los azuayos fuimos a las urnas a elegir, entre otros, a nuestros cinco diputados, nadie se hubiese imaginado que, al final de cuentas, estábamos escogiendo a los suplentes. Tres se fueron por actuar como siervos de enmohecidos caciques de los partidos tradicionales que quisieron impedir la consulta y el otro por su megalomanía y habitual delirio por el poder.

Al final, no se puede esperar mayor cosa de un congreso de suplentes.

domingo, julio 08, 2007

La vida de los otros

¿Usted o alguien con quien vive, han comprado y visto alguna vez una película pirata? La respuesta, más allá de algunos remordimientos tardíos, es generalmente, por no escribir universalmente, positiva si se vive en Ecuador. Es cierto que la piratería deja en la calle a muchas personas y produce enormes pérdidas a la industria cinematográfica como lo investigó Blanco y Negro del diario Hoy, pero debo reconocer que este pecado lo cometo bajo las siguientes expiaciones:

1) Que sea una película que, teniendo buenos comentarios o habiendo ganado premios, se demoraron un eternidad en proyectarla o simplemente nunca se exhibió en los cines cuencanos.

2) Que, presentándose en nuestras salas, no es lo suficientemente atractiva como para ir al teatro y, entonces, queda la posibilidad de verla algún momento por televisión o, en este caso, comprarla en algún portal.

3) Que sea una película antigua que me gustó mucho y no la he vuelto a ver, ni en televisión pagada. En algunos locales hay verdaderas maravillas del séptimo arte. Por ejemplo, por fin encontré “Missing” (Desaparecido) de Costa Gavras con todos los menús.

En el primer caso, podemos encontrar valiosas películas y estupendos documentales (“Jesús Camp”, por ejemplo), sobre todo aquellos que no son del cine hollywoodense. Así, en las últimas semanas, he podido ver “El Chacotero Sentimental”, (1999), la película más premiada y vista del cine chileno; o, “El coronel no tiene quien le escriba”, (1999), de Arturo Ripstein, basada en la admirada novela de Gabriel García Márquez; o, la que más me ha gustado “La vida de los otros”, película alemana que ha ganado muchos galardones, entre ellos el del óscar a la mejor película extranjera de 2006.

Recomendable ciento por ciento, “La vida de los otros” se enfoca en un caso de espionaje de la Stasi, la temible agencia de la exAlemania comunista, en donde se enfrentan los deberes de un espía implacable encargado de observar las actividades de una pareja de artistas.

Tras una trama que envuelve al espectador en un mundo gris de intrigas y dilemas éticos con un final sorprendente, “La vida de los otros” es de esas películas que nos dejan reflexionando por lo menos un par de días y que aprovechamos para recomendarla al familiar o amigo.

Hay frases muy duras como las del profesor a los estudiantes de la escuela de espionaje: “Un culpable soporta un interrogatorio largo, continuo. Un inocente no lo soporta. Un culpable además, llora. El interrogatorio exhaustivo, es la mejor manera de saber la verdad.” Pero también hay frases humanistas como: “No puede haber un hombre malo después de escuchar ‘La Passionata’ de Beethoven”, expresada por el poeta alemán que es escudriñado.

No quiero contarles el fin. Solo acepten mi recomendación y disfruten de esta soberbia cinta germana que, de seguro, nunca llegará a proyectarse en nuestros Multicines, por lo que, no queda otra que comprarla en la calle a $1,50.

(A continuación mire el trailer)


miércoles, julio 04, 2007

¿Es necesaria una televisión pública en Ecuador?

El cuarto foro sobre el proyecto de televisión pública se realizó en Cuenca. El miércoles 4 de julio, el Salón de la Ciudad fue el marco para analizar y discutir este propósito comunicacional del gobierno del presidente Rafael Correa. Fuimos invitados como panelistas a participar del mismo. Este fue nuestro punto de vista:

Introducción

Estas primeras palabras las expreso como un ciudadano común y preocupado que, cada vez mira menos televisión nacional, llegando a ver solo un par de noticieros. No es la falta de tiempo, achaque de los apresurados tiempos actuales. Es, como a muchos sucederá, el malestar por la desvalorizada parrilla de programación que nos ofrecen a los consumidores-televidentes. El género del reportaje casi ha desaparecido –hay excepciones dignas de reconocimiento como “Taromenane, el exterminio de los pueblos ocultos” de Carlos Andrés Vera o “Alfaro Vive Carajo, del sueño al caos” de Isabel Dávalos-. La producción nacional se mueve entre el humor grosero y de pacotilla y las dramatizaciones teñidas de rojo y poca ropa. Como un efecto de arrastre, los canales de televisión nacional se han contagiado del vergonzoso proceso de farandulización de los comunicadores. Hoy es la noticia del día los nuevos implantes de la “presentadora del programa” o la reconciliación de la bailarina con el “periodista deportivo”. Sangre y sexo alimentan a toda hora la programación, pese a la prohibición legal –artículo 49 de la Ley de Radiodifusión y Televisión- de que hasta las 9 de la noche la programación debe ser apta para todo público. La generalidad de la televisión nacional no había caído tan bajo como en los tiempos actuales.

El epígrafe que rotula este tema, ¿es necesaria la creación de una televisión de servicio público en Ecuador?, en principio y casi sin mayores reflexiones, provoca una respuesta positiva. Porque si partimos del hecho que el espectro radioeléctrico destinado a la radio y a la televisión está copado por los medios privados casi en un ciento por ciento y que, en su mayoría, miran a la audiencia como mercado con las consiguientes degradaciones, perversiones y desenfrenos de su programación, la posibilidad de contar con un canal alternativo con un objetivo idealista de educación y cultura, suena a música en medio del griterío generalizado de nuestra televisión nacional.

Ha sido característica, casi generalizada, a diferencia de la televisión europea, que la televisión en Latinoamérica, a partir de la década de los sesenta, ha sido privada con fines de lucro, en donde nuestro país es un ejemplo evidente de esta realidad. Excepciones a esta práctica nos dan los canales universitarios en Chile o parte de la televisión en Colombia con los canales Señal Colombia e Inravisión.

El camino para llegar a una televisión pública está lleno de buenas intenciones así como de grises nubarrones. Para aproximarnos a nuestra realidad ecuatoriana, cabe referirnos, en primer lugar, al marco histórico y legal en el que se desenvuelve el manejo de las frecuencias de radio y televisión.

Marco histórico y legal

El éter, ese espacio por el que viajan los sonidos y las imágenes hasta ser captados por nuestros sentidos pertenece al Estado. Es un recurso agotable y en el caso ecuatoriano, agotado. Desde la década de los sesenta, ha sido asignado para su explotación en base a contratos de concesión renovables, en principio, cada cinco años, luego y hasta hoy, cada diez años. Estas concesiones son permisos para operar esas frecuencias. A partir del año 1996, cuando el congreso nacional aprobó la Ley Reformatoria de Radiodifusión y Televisión, la atribución de esas concesiones paso a manos del Consejo Nacional de Radiodifusión y Televisión, Conartel.

Antes del Conartel, la potestad para otorgar concesiones era del gobernante o sus subalternos como el ministro de Obras Públicas y Comunicaciones o el Director Nacional de Frecuencias que habrán sabido de sus cosas, pero desconocían en absoluto de la comunicación social. Al crearse este nuevo organismo, su estructura es mayoritaria para el gobierno. De esta manera: el presidente del ente es nombrado de manera directa por el presidente de la República, el ministro de Educación o su delegado, el representante del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas y el Superintendente de Telecomunicaciones. De otro lado, también lo integran el presidente de la Asociación Ecuatoriana de Radiodifusión, AER, y el Presidente de la Asociación de Canales de Televisión del Ecuador, ACTVE. Estos seis funcionarios son los encargados de, entre otras cosas, otorgar las concesiones.

El nacimiento de Conartel, sin embargo fue tardío. Para el año de su creación, 1996, los gobiernos anteriores, y en especial el de Sixto Durán Ballén, a través de Adolfo Loza, su Superintendente de Telecomunicaciones, habían agotado el espectro radioeléctrico para la radio y televisión nacionales, feriándolo a diputados, caciques políticos, contrabandistas y banqueros. Antes de aquello, ya existían seis canales con señal nacional: Ecuavisa, Teleamazonas, Telecentro –TC-, Telesistema –hoy RTS-, Gamavisión y Canal Uno que ocupan, toda la banda de televisión abierta o vhf. Es decir, no quedaba un solo hueco para otro canal desde hace más de dos décadas.

De otro lado, el marco legal de la televisión pública en Ecuador está registrado en el artículo 8 de la Ley de Radiodifusión y Televisión que define como estaciones de servicio público a aquellas “destinadas al servicio de la comunidad, sin fines utilitarios, las que no podrán cursar publicidad comercial de ninguna naturaleza”. Sobre esta prohibición de transmitir publicidad comercial, cabe señalar que existe una sentencia, a finales de los años noventa, del Tribunal Constitucional que la declara inconstitucional. Por lo tanto, las estaciones públicas sí están habilitadas para autofinanciarse con avisos comerciales. El mismo artículo señala los objetivos generales de las estaciones de servicio público: fines sociales, educativos, culturales o religiosos.

Por otra parte, desde su creación en 1978, la ley obliga a los canales de televisión a destinar una hora diaria, de lunes a sábado, para programas educativos y de salud, según ordena el artículo 59, literal d. Han pasado casi treinta años y ningún gobierno, incluido el actual, ha aprovechado este espacio privilegiado que obliga a todas las estaciones de radio y tv. Es solo cuestión de imaginarse cuánto cuesta hoy una hora diaria en todas las radios y canales de televisión del país para darnos cuenta del colosal poder que se ha desaprovechado por parte del estado.

Con estos antecedentes históricos y legales, nos permitimos señalar una primera consideración: la creación, funcionamiento y financiación de un canal de televisión pública es absolutamente legal. Existe el marco jurídico que lo permite. Incluso, una posible prohibición para financiarse a través de avisos comerciales ha sido declarada inconstitucional y, por lo tanto, no existe.

La segunda consideración es de difícil y, quizás insalvable solución por ahora: no hay espacio en el dial, entre los del popular e histórico vhf –es decir, entre los canales 2 y 13- para la televisión pública. Queda la posibilidad en uhf, alguna vez llamada comercialmente y sin éxito como la fm de la televisión. No se necesita ser un erudito de las telecomunicaciones para darse cuenta de las debilidades técnicas de transmisión y recepción en uhf. Pero sobre todo, será muy complicado cambiar los hábitos del consumidor y estar ubicado en medio de una ensalada de canales locales o regionales y, generalmente, con una disminuida calidad de programación.

Habíamos señalado que todas las cadenas de televisión son privadas, que por lo tanto buscan el lucro a través de publicidad; lo que a su vez provoca la búsqueda incesante de mayores audiencias, es decir de rating, convertido, hoy por hoy, en el dios que ordena lo que se debe transmitir o no. Esa todopoderosa medición regulada por la empresa privada Ibope, en base a unos pocos centenares de audímetros, solo contempla a hogares de Quito y Guayaquil, que concentran menos de la cuarta parte del universo de televidentes ecuatorianos. Esos números dicen que, en esas ciudades, el noticiero más visto es el de TC, una especie de diario Extra en expresión audiovisual; o que el programa más visto en los últimos tiempos es el concurso-reality “Bailando por un sueño” de Gamavisión. Es triste decirlo, pero es muy cierto, que entre los diez programas más sintonizados por los guayaquileños y quiteños solo aparecen frívolas telenovelas, triviales partidos de fútbol e inútiles concursos realitys. Programas culturales o documentales educativos, casi no existen. El gradual deterioro de la calidad de la programación, nos lleva a creer que no cabe duda que los contenidos de la televisión nacional de hoy son los de menor calidad de todos los tiempos.

Entonces, parecería lógico que un canal de televisión público vendría a zarandear el status quo de mediocridad y a imponer una programación cultivada en los valores y dedicada a la educación y la cultura. Nada de eso. Está comprobado que, por lo general, se convierten en canales sintonizados por una minoría elitista y estos experimentos terminan desplomándose por otros factores como la incompetente preparación de la mayoría de profesionales de la comunicación que terminan reproduciendo los mismos errores antes anotados en la televisión privada, como lo señala en su blog Roberto Aguilar. En nuestro propio patio hemos vivido el caso de Radio Nacional del Ecuador, que transmitió hasta inicios de los años noventa en Quito, Guayaquil y Loja. Desapareció por autocombustión: antes que sus equipos de transmisión se apagaran por viejos y obsoletos y que su audiencia llegara a niveles insignificantes, sus contenidos habían caído en lo burocrático, indiferente, inexpresivo y vacío.

Resumimos lo que hemos hablado hasta ahora: hay un marco legal que viabiliza el proyecto; no hay frecuencia en vhf para la tv pública a no ser que se le ocurra al gobierno hacer lo mismo que el presidente de Venezuela, Hugo Chávez; y, no hay garantía de una programación de calidad, renovadora, diferente y competente.

La clave: ¿Quién administra el canal de televisión?

Un asunto fundamental es el de su administración, en donde tenemos malos y buenos ejemplos. Entre los primeros volvemos a referirnos al caso venezolano, en donde el naciente canal TVes es dirigido a voluntad por el gobierno que dio su aporte inicial de cuatro millones de dólares y en el que cinco de sus directores fueron nombrados por Chávez, dejando dos puestos para representantes de productores independientes y de comités de usuarios. Como ocurría cuando de niños, el dueño de la pelota tiene el poder de armar su equipo de fútbol y hasta de ser el árbitro que toma la decisión final. Y entonces, el canal se ha vuelto oficial con todas las connotaciones y lesiones al derecho a estar bien informados. Para ejemplificar el asunto, las multitudinarias marchas universitarias de rechazo al cierre de RCTV y que derivaron en graves incidentes que dejaron varios heridos, no aparecieron en el noticiero del nuevo canal.

Volviendo a nuestro caso, según los primeros cálculos de la exsecretaria de comunicación Mónica Chuji, el presupuesto anual para la tv pública ecuatoriana es de 18 millones de dólares.

Según ella, “la propuesta es que la televisora ecuatoriana sea entretenida, culta, educativa, de alcance nacional, sustentable, megadiversa y pluricultural como los catálogos de turismo para promocionar el Ecuador”. Un asunto esencial todavía no se ha aclarado aún: ¿Quién o quiénes van a administrar y controlar el medio? Si se va a copiar el modelo de TVes de Venezuela, nada bueno para el televidente se puede advertir.

La otra posibilidad es que se cree un Consejo para la reforma de los medios de comunicación estatales, como lo hizo el Presidente del gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero. Este “comité de sabios” estuvo protegido de cualquier intrusión oficial y se conformó con dos catedráticos universitarios, un representante de productores de audiovisuales y otro del gremio de periodistas. El Consejo tuvo como cometido la elaboración de un informe sobre el régimen jurídico, incluido el modo de designación de sus órganos directivos, la programación y la financiación de los medios de comunicación de titularidad estatal. Hay que aclarar que la radio y televisión estatales españolas han sido financiadas con fondos públicos desde la era franquista, llegando a acumular un enorme déficit de 7 mil millones de euros al año 2005.

Los cambios se han notado en los contenidos de los noticieros de Televisión Español, TVE, dirigidos por el periodista Lorenzo Milá, en donde hay una escrupulosa neutralidad informativa que le ha devuelto el primer lugar de medición de audiencias entre los noticieros españoles. Antes de esta reforma, cuando José María Aznar estaba en el poder y no existía este consejo independiente, las manipulaciones de la información fueron evidentes a tal punto que el director del noticiero de entonces, Alfredo Urdaci, llegó a afirmar, a pocas horas de ocurrido, que el atentado del 11 de marzo era obra de ETA y, a día seguido, calló sobre las enormes manifestaciones contra Aznar por esconder la verdad sobre los autores de los atentados.

Para eliminar cualquier suspicacia de intromisión del gobierno de turno, el modelo de la BBC aparece como uno de los más idóneos: protegido por un estatuto a prueba de balas oficiales, el 80 por ciento de su financiamiento proviene de un canon pagado anualmente por los consumidores dueños de los televisores. Este impuesto es de 178,1 euros para los británicos. En otros países europeos con medios electrónicos estatales también se aplica este sistema. Por ejemplo, en Italia el dueño del aparato de televisión debe pagar 90,9 euros; en Francia, 116,5; y, en Alemania, 193,8 euros. Hay exoneraciones que se aplican a personas de tercera edad, jubilados y desempleados. La pregunta que usted y yo nos hacemos es ¿se puede aplicar este modelo en el Ecuador? Creemos que la respuesta es no, simplemente por la enorme resistencia a la cultura impositiva que todavía existe y por la pobreza que aflige a más del cuarenta por ciento de la población.

Quedan como posibilidades de financiamiento, aparte de las subvenciones públicas con sus peligros latentes, los ingresos publicitarios y la venta de programas, asunto que somete al medio a los ya señalados peligros de convertir a la audiencia en mercancía entregada al rating y a las presiones sutiles o directas de los grandes anunciantes.

A manera de conclusión, para los que estamos hasta la coronilla con las vulgaridades que nos presentan Maritere, Marián o Mariela; para los que no soportamos un segundo novelas tan bobas como "Gata Salvaje" o "Rebelde"; para los que estamos hartos de tanto brujo-estafador que roba aprovechando su charlatanería; o, para quienes no aguantamos a Johnatan Carrera con su prosa necrofílica, el proyecto de televisión pública que quiere llevar adelante el presidente Rafael Correa, suena a antídoto ante tanta programación de pésima calidad que hoy impera en la tv nacional.

Por eso, debemos apostar por una televisión que garantice el derecho a la información de los ciudadanos. Que se convierta en una vía de acceso a la cultura, a la educación, al entretenimiento, al cine. Una televisión que forme en sentido cívico y en valores. Que contribuya a generar una conciencia crítica colectiva. Que juegue un papel de defensa de la democracia y de la convivencia internacional.

Como se ve, la tarea es enorme si se quiere hacer una comunicación social distinta a la vulgar y decadente que hoy tenemos. Hay que apostar por una televisión pública ecuatoriana sin ninguna intrusión de los gobiernos para que no se diga, lo que hemos leído en un blog acerca de este proyecto, que sería la nueva RCTV, es decir, Rafael Correa TV.

lunes, julio 02, 2007

Si el clima está loco, el Inahmi no menos

Hace unos tres años, en el noticiero de la radio solíamos publicar las previsiones climáticas del Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (INAMHI). Las permanentes equivocaciones que presentaba su boletín por internet llegaron al colmo cuando un sábado, a las 7 y 30 de la mañana, me llamó un oyente a pedirme que le informe sobre el clima porque pensaba ese día cambiar el techo de su casa. Le indiqué que se preveía un día soleado. Lo mismo lo señalamos luego en el informativo. La realidad fue muy diferente. Llovió todo el fin de semana y quien escribe este blog perdió un oyente. Desde entonces no habíamos vuelto a publicar las conjeturas climáticas. Hasta hace una semana y media.

La creciente devastadora del río Yanuncay y su consiguiente pánico obligaban a buscar fuentes informativas que den cierta certeza en medio de la incertidumbre. Volvimos a referirnos a los despachos del instituto oficial. Empezamos a abrir, de nuevo el noticiero con el pronóstico del tiempo. Al paso de estos pocos días nos hemos dado cuenta que son más los desaciertos que las coincidencias. Para muestra mire la foto del pronóstico de hoy lunes que en realidad ha sido soleado en la mañana y que trae un error de escritura para el martes que señala una temperatura mínima de ¡80 grados!

Buscando una explicación para esta desinformación, encontramos una entrevista en Diario El Comercio de este lunes 2 de julio, al Ingeniero Carlos Lugo, Director Ejecutivo del INAMHI. Frente a la pregunta de ¿por qué no hubo la previsión del clima que pudo servir para dar la alerta?, el funcionario reconoce que el 70 por ciento del presupuesto se va en sueldos y que no hay para implementar una alerta temprana local en sitios vulnerables. O sea, usando términos más coloquiales, estamos en la era de las cavernas en materia de previsiones climáticas.

Es obvio que Cuenca es una ciudad vulnerable porque está cruzada por cuatro ríos y porque está en la zona alta de la cuenca del Paute afectada por la deforestación que provoca un acortamiento en los tiempos de respuesta de crecientes a dos y tres horas y, por lo tanto, casi no hay tiempo para una respuesta, según señaló a Diario El Tiempo el coordinador de estudios del INAMHI Carlos Gutiérrez.

¿Tendremos que seguir esperando cruzados de brazos que el centralismo se acuerde que acá viven en peligro quinientas mil personas por la falta de un sistema de alertas tempranas? ¿Quién le pone freno a la deforestación? ¿No será mejor hacerlo nosotros mismos a través de ETAPA, el Municipio o el Gobierno Provincial, como casi siempre ha ocurrido?