
Ellos deciden los temas trascendentales como la renuncia de Alberto Acosta, el nombre del nuevo Superintendente de Compañías o la ciudad sede de la Corte Suprema de Justicia. Han convertido a la Asamblea Nacional Constituyente en el instrumento de sus órdenes. Los asambleístas de Acuerdo PAIS solo ejecutan las órdenes dictadas por estos ciudadanos. Para los de Ciudad Alfaro quedaron las cuestiones de maquillaje, lo superficial, como el cambio de nombre del congreso, el derecho al placer sexual o el cambio del cóndor por el caracol en el escudo. Lo demás, lo esencial, lo de fondo es la decisión del "buró".
Entonces, ¿qué diferencia hay entre el círculo oscuro de las trincas de la partidocracia y el "buró político" de Acuerdo PAIS? Respuesta: ninguna.