Toda nuestra vida nos pasamos resolviendo problemas. Los más difíciles son aquellos en los que no está en nuestras manos su resolución. Nos quedamos con la respiración contenida. Debemos dejarlo en manos de especialistas y confiar. Y cuando se presentan varias situaciones a resolver, el manual dice que hay que enfrentar el asunto más urgente, tomar la decisión más razonada y tener a mano un plan B.
Nos toca en estos días, como a todos, darle cara a las contingencias, sabiendo que la solución siempre llegará, aunque demore. Es tiempo de la paciencia, de la comprensión y de la confianza en que el alivio y la normalidad retornarán.
domingo, noviembre 18, 2007
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