lunes, noviembre 24, 2008

Recordando al ingeniero Salgado

De figura menuda, barba tupida y mirada atenta detrás de sus gruesos lentes, el leal profesor del Benigno Malo, ingresaba siempre, con su impecable traje de casimir, chaleco incluido, durante las primeras horas del día, a dictar sus clases de Matemáticas y Geometría. Su prolijidad para enseñar la asociaba con la pasión por el colegio centenario.

Sus trazos sobre la pizarra verde de madera con tizas de colores y dibujos eran impecables, a mano levantada, de círculos y rectas o directrices como él las llamaba; su depurado y perseverante estilo de enseñanza le llevaba a repetir las fórmulas las veces necesarias para el aprendizaje.

Su fascinación por la vida le llevó entonces a plantear retos que los superó con largueza: llegar a 1992 para celebrar los 500 años del descubrimiento de América o alcanzar el año 2000 y el nuevo milenio. Su astucia para esquivar las enfermedades y la muerte fue la lógica: la actividad física habitual, como caminar con agilidad desde su casa de la calle Sucre, junto al exFilanbanco, al Cajas, a 30 kilómetros.

Han pasado más de 30 años de aquellas imborrables clases de un maestro emblema del Benigno. Hoy conocemos de su fallecimiento que le sobrevino sentado en el apacible magnífico paraje de Tres Cruces, del Cajas al que tantas veces visitó, a tres mil metros de altura. El ingeniero Vicente Salgado, como dice el lema en latín inscrito en el escudo del colegio que tanto respaldó: Alta Petens, parte con la mirada al frente y hoy está aspirando las alturas.

4 comentarios:

Alberto Vazquez Moreno dijo...

Craneandole
Comunidad de discución y análisis de la publicidad.
Coordialmente invitado.

Anónimo dijo...

Mi mas gratos recuerdos para alguien que deja huella, una huella como una estela en el firmamento, fugaz, brillante, para el que lo ha visto siempre perdurara en el recuerdo.
Hasta siempre...

Anónimo dijo...

Con tristeza me enteré del fallecimiento del Ing. Salgado, legendario profesor de Matemáticas del querido Benigno Malo.

Fui su alumno en quinto curso en 1985, justamente el año en que se acogió a la jubilación. Su habilidad para la enseñanza, originó, al menos en mi caso, un cisma cerebral que posibilitó que entendiera y dominara a la temida álgebra y a la trigonometría con una facilidad asombrosa.

Recuerdo que cuando fui ayudante de cátedra en la Facultad de Ingeniería, justamente en Geometría-Trigonometría, recurría a “sus trucos” como aquel “seno-coseno sin levantar la mano”, para facilitar la explicación a los estudiantes.

Igualmente, el famoso “cuando falla el factoreo nunca falla la fórmula e indefectiblemente sus raíces y respuestas son irracionales pudiendo ser reales o imaginarias y/o hasta complejas conjugadas” al referirse a la solución de una ecuación de segundo grado, ejemplifica la simpleza y la genialidad con la que enseñaba a sus alumnos.

Personaje serio, casi místico, capaz de convocar a decenas de estudiantes a las 06:20 de la mañana a recibir clases extras para superar los vacíos escolares como el decía. Nadie se atrevía a jugarle una broma, ni a mencionar su popular apodo, cosa habitual con otros profesores, ya que su sentencia de -3 ibm (menos 3 puntos por indisciplina benignista) era lapidaria.

Su memoria era fantástica, se sabía los nombres y apellidos de todos sus estudiantes, a tal punto que un día por el año 1993, me encuentro, lo saludo, le comento que estaba recién graduado de Ingeniero Eléctrico y que el fue mi profesor en el Benigno, con un par de pistas mas, me dice: “Esteban Mendieta, Quinto B”, a la par que me pregunta sobre algunos compañeros.

En fin, el anecdotario con el Ing. Salgado es parte del historial glorioso del Benigno Malo y su espíritu indómito de aspirar a las alturas (Alta Petens).

Esteban Mendieta Vanegas

rayuelarcaica dijo...

Hey, muy buen post, yo nunca supe que mi tio abuelo habia sido gran parte de la vida y educacion de mucha gente cuencana. Era todo un personaje, nos ensenaba frances a las 7 am los sabados a los jovenes sobrinos y su acento era tan perfecto a pesar de nunca haber puesto un pie en Francia.

Gran perdida pero me alegra haber caido por aqui, le hare llegar este post a mi papa, sobrino muy cercano del difunto tio.