domingo, febrero 19, 2006

Los periodistas, los medios, los políticos y los pusilánimes

El viernes 17 de febrero en el local de la Unión de Periodistas del Azuay (UPA), el periodista quiteño Rubén Dario Buitrón enfocaba el tema de los medios de comunicación y los partidos políticos. Algunos de sus juicios que los anoté en mi agenda electrónica fueron los siguientes:

- Los medios de comunicación no rinden ni exigen rendición de cuentas.

- Los medios no son el cuarto poder del Estado.

- El rol de la prensa es ser guardián de la democracia.

- Debemos (los periodistas) ser pedagogos de una sociedad semianalfabeta.

- El periodismo es contexto, acercarse a la realidad; como propone Kapuscinski, ser un cazador furtivo, no desconectarse de la realidad, dejar de ser el simple carga-grabadoras.

- Esta no es una profesión para enriquecerse, si se la práctica honestamente.

Buitrón, quien es coautor del libro “Periodismo Por Dentro”, hoy escribe en la revista Vistazo. Antes, en sus veinte años de periodista, ha pasado por varios medios, cuyos dueños representan diversas tendencias ideológicas y políticas.

Ante la pregunta de uno de los asistentes acerca de si un periodista se siente restringido por aquello, señaló que si eso ocurre, debería retirarse de ese medio. En su experiencia personal dijo no haber experimentado ninguna presión de los dueños de los medios en los que trabajó.

En Cuenca, alguno que otro político pusilánime a través del anonimato (blogs sin firma responsable o correos electrónicos bajo seudónimos) o cuando asoman en los medios, pretenden identificar a La Voz del Tomebamba como una emisora del partido Izquierda Democrática.

Su razonamiento pasa por el hecho que el dueño de la radio, mi padre, es afiliado y dirigente provincial de ese partido, por el cual alcanzó en 1988 la alcaldía y en 2004 la concejalía con 65.000 votos. Por lo tanto, según él, “el medio se debe a ese partido”. No hay más grande tergiversación y mala fe.

Esto se puede demostrar con los últimos acontecimientos ocurridos en torno a la vinculación del concejal de la ID Iván Saquicela con el exnotario José Cabrera, al haber caído en el posible delito de agiotismo.

El murmurador que demora hasta hoy en digerir su vergonzosa derrota, convertido en nuestro inseparable radioescucha, habrá oído el tratamiento que hemos dado al asunto. Primero, la confesión del aludido de haber colocado doce mil dólares por cuatro meses en la notaría de Machala. Luego, las reacciones de los más diversos sectores, políticos de todos los partidos, incluyendo el punto de vista de la edil opositora María Caridad Vásquez; la gente en las calles, expresándose por teléfono, en vivo, mensajes de texto por celular o por beeper en el programa “Micrófono Abierto”, sancionando al concejal en su gran mayoría. De nuevo el propio concejal aludido indicando que ha sido víctima de una carnicería. Hasta que este sábado 18 de febrero se conoció el fallo del Tribunal de Disciplina que en Quito absolvió de toda acusación al Doctor Sauicela, pese a la solicitud de expulsión planteada por el directorio provincial de la ID.

Entonces, llamamos al teléfono al diputado Carlos González, defensor del concejal para pedirle explicaciones ante nuestros micrófonos. Carlos Ochoa y el autor de esta nota entrevistamos al legislador. Fue un diálogo tenso, interrumpido a momentos, lleno de cuestionamientos morales y legales; de acusaciones de González al periodismo de haberse ensañado con Saquicela; de reclamos al legislador por relativizar la ética y por su desdoblamiento para censurar los casos de corrupción. Pese al nivel de alta tensión de la entrevista, fue necesaria y reveladora.

Terminada la misma, varias llamadas telefónicas y hasta mensajes por celular (entre ellos de Paúl Granda), saludaban la posición democrática e independiente de la emisora. Carlos y yo sentíamos la satisfacción personal de haber sido los representantes de lo que la gente se ha venido preguntando y cuestionando en las últimas semanas sobre este caso y de no haber dejado nada oculto.

Gracias a mi padre, por ser, sobre todas las cosas y compromisos, un periodista a carta cabal, que defiende la independencia de su radio, como lo exige Rubén Dario Buitrón en su obra.

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