sábado, marzo 04, 2006

Tres casos periodísticos

En la práctica del periodismo uno se topa cada día con asuntos y personajes insólitos. Aquí les presentamos tres casos:

1 - El Caso de los “médicos agresivos”

El Dr. Fernando Figueroa, médico y bombero dedicado al servicio de los más necesitados denunció el caso de la agresión física de dos borrachos que llegaron a la madrugada al Hospital Regional y que atacaron a médicos y enfermeras.

En su estado de beodez se resistieron a ser atendidos; el dolor de sus heridas estaba amortiguado por la mona que cargaban; y, sumado a eso, la adrenalina elevada por los acontecimientos previos, les volvió individuos violentos y peligrosos.

El Dr. Figueroa cansado de tantos casos similares denunció en el noticiero con nombres y apellidos a los bruscos. Era obvio que los aludidos reaccionarían al conocer la publicidad de sus bochornosos actos.

Lo inaudito de este caso fue que, según ellos, al llegar al hospital y sin mediar motivo fueron atacados por los médicos de emergencia, en vez de haber sido atendidos. En realidad un cuento que ni la misma madre de ellos lo creería, pero que por el principio de equidad de la información tuvimos que emitirla. Tolerancia Señor.

2 - El Caso de la señora perseguida

Una señora de mediana edad llegó a la radio para presentar una denuncia. Al ser atendida le explique que, en ese momento, estaba en medio del noticiero y le solicité que sea específica y breve en su exposición.

Me dijo que se sentía víctima de persecución y agresiones verbales de desconocidos, que caminaba por las calles de la ciudad y que se le acercaban muchas personas a increparle defectos o a insultarle, que nadie le creía su historia y que cuando salió a la calle con una grabadora para registrar los insultos nadie le atacó. Me dijo que sus vecinos creen que ella está loca.

Hasta tanto, habían pasado diez minutos escuchando semejante historia. Le indique entonces que no creía conveniente publicar su denuncia porque no se trataba de un asunto de interés público. La verdad era que la señora necesitaba otro tipo de ayuda profesional. Paciencia Señor.

3 - El Caso del grosero intemperante

Es el peor de los personajes. Por suerte no hay muchos, pero cuando asoman, hay que ser muy tolerante y paciente. Sucedió con motivo de los líos políticos que vive el cantón El Pan, en donde un grupo de concejales destituyó a la alcaldesa.

Una delegación con la mencionada autoridad llegó a la una de la tarde a la radio para dar a conocer su punto de vista. A esa hora ya no tenemos noticiero, es por eso que nuestro compañero Freddy Saguay les entrevistó y su nota la pasamos al día siguiente en el informativo de la mañana. En la misma se refirieron a dos concejales de oposición.

Uno de ellos nos llamó a pedir un espacio en el noticiero para dar a conocer sus puntos de vista. Como es lógico y ético le concedimos el espacio para el noticiero del día siguiente.

El otro concejal, el intolerante llegó sin previo aviso a la emisora con el propósito de que le brindemos un espacio. Hasta ahí nada anormal. Sin embargo, su actitud fue agresiva e incriminadora hacia nuestro medio, reclamando el por qué habíamos dejado que a él le critiquen. Le explique que él tendría su oportunidad de dar sus puntos de vista, pero que el informativo esta al aire y que en ese momento no lo haríamos pues habían invitados a entrevistas y, por lo tanto, no teníamos, en ese momento, tiempo para él.

Su necedad e irritación a más de su tono de voz vocinglero y amenazante me llevaron a pedirle que se tranquilice y que con una actitud así no podíamos entrevistarle en vivo sino realizarle una grabación para pasarla luego en el siguiente noticiero.

Su respuesta lo desnudo. Nos dijo entonces “yo soy así, genio y figura hasta la sepultura, yo quiero hablar en vivo o le denuncio”. Le dijimos una vez màs que él tendría todo el derecho a expresarse pero no ese momento, por las explicaciones arriba anotadas y por la condición en la que él se encontraba. Pese a sus agravios, aún esperamos que venga y exprese sus puntos de vista. Mucha paciencia y tolerancia Señor.

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