Justo este martes cuando se anuncia el punto de quiebre de las tendencias electorales, hasta hoy lideradas por León Roldós y, a partir de ahora, por Rafael Correa, hemos entrevistado a Alberto Acosta, asesor de los más cercanos al candidato de Alianza País. En los preámbulos de la conversación, se mostró muy tranquilo y nada exultante al comentar acerca de las novedades de los sondeos.
En la cabina de la radio, en el noticiero del mediodía, Acosta se sentía muy cómodo, como un viejo conocido al que generalmente se le consulta o se le pide sus análisis económicos. Y con esta buena atmósfera se desarrolló la entrevista. En la tarde, tuvimos ese necesario feedback para apuntar las repercuciones de lo que dijo.
Habló acerca de la Asamblea Constituyente, la dolarización, la campaña, el TLC, entre otros temas que dejaron lecturas variadas. Por un lado, para los ecuatorianos que se sienten traicionados por los gobernantes que eligieron -es decir, la mayoría- el discurso radical de Correa y Acosta provoca una empatía que ya se refleja en las encuestas. Por otro lado, los que no votarán por Correa, se preocupan por aquello de decirle adios al TLC y a la dolarización (aunque esta se demore) o a las buenas relaciones con el presidente venezolano Hugo Chávez.
Así es una campaña. Cuando hay un buen entrevistado, las reacciones son casi instantaneas, en esta ocasión, unas de esperanza y otras de miedo.
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