Una de las mejores impresiones es aquella de despertarse en la mañana, abrir los ojos y ver que estamos en otro cuarto que no es el nuestro y, mejor aún, de vacaciones; que no hay mayor obligación por delante que la de no hacer nada serio e importante durante el resto del día.
Todo desplazamiento tiene sus aventuras. La mayoría, terminan como anécdotas que se arraigan y comparten con nuestro círculo más cercano. Hay de las otras. Aquellas desagradables que, por lo general, se relacionan con el transporte. Que se bajó una llanta; que se recalentó el motor; o, que el avión te dejó porque llegaste tarde –que es una de las peores cosas que pueden suceder-.
Hoy nos tocó de estas últimas. Y no por nuestra culpa. El vuelo con conexiones Miami-San José se retrasó dos horas, tiempo suficiente para trastornar toda nuestra travesía. Al llegar a las 11 y 5 de la mañana a la capital tica, nuestro vuelo de conexión con Quito y Guayaquil tenía media hora en el aire.
Las disculpas de los funcionarios de Taca no llegan a remediar el perjuicio causado. Toca esperar varias horas en el aeropuerto Juan Santamaría, en medio del ansioso ir y venir de cientos de pasajeros en tránsito –o en trance-, hasta conseguir otro vuelo, esta vez por Copa que llegará a nuestro penúltimo destino: Guayaquil. En el centro de información de la aerolínea nos prometen cubrir con los gastos extras que este imprevisto provoca.
Nuestros trastocados planes obligan ahora a pasar la noche en Guayaquil, porque, como sabemos, eso de viajar por la noche por Puerto Inca y Molleturo, en medio de una densa neblina y al acecho de los asaltantes de carreteras, saliendo desde el aeropuerto José Joaquín de Olmedo es una ruleta rusa, un riesgo demasiado grande que no estamos dispuestos a correr.
La noche de este domingo llegamos a Cuenca, y hemos cumplido 40 horas de viaje, una eternidad para regresar de los Estados Unidos, por cierto. Pero, hay un gran pero más: en el avión de Copa, que nos trajo a Ecuador, no nos llegó una sola maleta. Se quedaron en Panamá. Promesas de que nunca se pierden y que nos enviaran a Cuenca nos deben tranquilizar. Pese a las peripecias, en cada viaje siempre habrá algo bueno que sacar a limpio y queda impregnado para siempre en nuestra memoria.
1 comentario:
Taca/Copa tiene este problema.Trabaje en el medio y tuve innumerables quejas. Sus retrasos y demas problemas asociados son comunes. La aerolinea ofrece precios y promociones economicas pero es preferible pagar mas para cojer un vuelo directo y evitar los retrasos y problemas. La ventaja fue que esto le ocurrio al final del viaje y no al inicio porque hubiese quitado tiempo de su tour. Ojala que este tema del viaje no este relacionado con su hijo y el permiso de salida, porque ahi si que seria el colmo de la mala suerte.
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