Cuando los cuencanos celebrábamos este tres de noviembre el segundo y más importante día del feriado, Álvaro Noboa llegó en su avión privado y sin previo aviso a casi ningún medio de comunicación local.
El candidato presidencial cumplió su obligada presencia en una ciudad aparentemente opositora, -apenas alcanzó el 15% de la votación en la primera vuelta- . Quizás, por eso, lo disimulado de su visita de despedida antes de la segunda vuelta.
Según crónicas de El Universo y El Tiempo, hubo algunos que vivaron al otro finalista Rafael Correa a su paso por calles y avenidas. Una señora le gritó "basta de limosna, no somos pueblo de mendigos", al llegar a la escuela Ignacio Escandón para continuar con su humillante y mediática caridad.
Y cuando los pocos periodistas le preguntaron acerca de las denuncias en su contra (bananeros le acusan de no pagar el precio oficial de la fruta), prorrumpió en un "Viva Ecuador", una de sus típicas y torpes evasivas. De ahí, regreso al aeropuerto y fin de la visita a la tercera ciudad del país.
Sin embargo, más allá del acto que el potentado lo repite por todo el paìs y de una campaña decepcionante en donde no se debate nada, no se expone programa alguno y tampoco hay la más mínima seriedad de los candidatos, lo que si llama la atención es el don de ubicuidad de algunos personajes que se asoman a estas alturas para darle su apoyo a Noboa.
A unos los vieron en el aeropuerto. Otros, en cambio, le manifestaban hace pocos días el respaldo público. A estos "amigos" calificados ahora como "goleadores" por su oportunismo, en tiempos no tan pasados se los llamaba "chuchumecos". Fue Assad Bucaram quien les atinó con este remoquete a los recién aparecidos, comedidos y espontaneos.
El Antiácido de Diario Hoy del 27 de octubre de 2002 -nótese que es hace cuatro años y que Don Assad se refirió a ellos a inicios de los ochentas- no puede ser más detallista para referirse a esta especie polìtica: "Así que Don Buca.. se dio por refunfuñar contra los chuchumecos, palabreja que clavó como una banderilla en el lomo de esos que, entonces, como ahora, les adulan a los ganadores. Es el destino de los elegidos: les lloverán los áulicos, los adulones, los compañeros de escuela, los chismosos, los cepillos, los cagatintas, los besamanos y limpiabacines. Don Buca, ¿dónde estás? Don Buca, ¡ayudarás!".
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1 comentario:
Muy simpatica tu columna Jorge... y la verdad de los goleadores tienes razòn... ojala este gordo no gane la presidencia.. que pena que me da ver a mi pueblo corriendo detras de su alvaromovil mientras este maldecido lanza camisetas como si fueran pordioseros...
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