Fue la noche del sábado 23 de diciembre. La Dirección de Cultura municipal había invitado a una velada de coros y villancicos. Llegar al centro de la ciudad, a la altura del ex-colegio Borja, desde Puertas del Sol no tomó más de cinco minutos. Pero desde ahí hasta el parqueadero, seis cuadras más adelante, hubo de pasar media hora. El tráfico irritó a más de uno.
Pitazos, frenazos, cruces de carril, irrespeto al semáforo rojo y un sufrido avance colaboraron en elevar la carga de stress en casi todos los que iban al volante y sus acompañantes. La cosa se puso peor cuando un bus estuvo detrás del carro de uno enseñando sus luces y otro a lado tratando de meterse en nuestra vía.
Ya en el parqueadero, no había espacio. Estaba lleno. Ruegos de por medio y la fortuna de la salida de varios vehículos del lugar, permitió encontrar el lugar deseado. Luego en la calle Benigno Malo, entre Gran Colombia y Bolívar, una conductora tuvo que realizar una maniobra peligrosa ante el cruce agresivo de un camión repartidor de Panesa, cuyo conductor estaba atrasado en la entrega del pan de pascua. Su pequeño vehículo invadió la vereda izquierda, si no, había un choque seguro. Detrás, el comedido y exasperado conductor de un Montero se bajó y arremetió a puñetazos al chofer del furgón que también respondió desde su cabina. La cosa no pasó a mayores.
Esto no se quedó ahí. En la vereda de enfrente dos ebrios ensangrentados -seguro que venían de algúna riña-, se la agarraron con un ciudadano entrado en canas, por las puras ganas de encontrar alguien con quien desquitarse. Igual que en el asunto anterior, la cosa no empeoró. Cada uno siguió su camino. Todo esto en menos de cinco minutos. El stress le ganó ampliamente al espíritu navideño.
Con este prólogo, no daba ganas de caminar hasta el parque para ver a los coros, a los que ya se les escuchaba. Sin embargo, no sonaba ningún tema navideño. Los niños cantaban "We don't need no education. We don't need no thought control. No dark sarcasm in the classroom. Teachers leave those kids alone. Hey, Teacher leave those kids alone...". Era el famoso coro de "Another Brick In The Wall" de Pink Floyd, que no tenía nada que ver con la fecha. Además es una canción insurgente anti-sistema.
Luego unos niños se encargaron de ubicar el ambiente con los típicos temas de la ocasión. Pasando por "Rodolfo el Reno", "Noche de Paz", "El Burrito Sabanero" y más. Hasta que subió un grupo de percucionistas, con tambores y se lanzaron otro tema rockero, pero no navideño, el muy aplaudido "We Will Rock You". Más adelante, los "Clowndestinos" presentaron un squetch cómico y celebrado por los asistentes. Y de nuevo los villancicos, para terminar con un trío peruano tocando melodías latinoamericanas.
Todo esto sucedió en la calle Sucre, frente al Municipio. Más allá en la Bolívar y Benigno Malo continuaron, como todos estos días previos a la Nochebuena, los bocinazos, los nervios crispados, los deseos inconfesables al prójimo que no avanza en el carro que va adelante de uno, los ansiosos estresados que van atrasados, los pequeños mendigos extendiendo la mano y los recuerdos de que antes, en nuestro tiempo de niños, la Navidad era mucho menos complicada y materialista. Y mucho más feliz.
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