domingo, abril 08, 2007

Luchito, misericordioso y vengador

Parco y vestido de terno claro, el capitán Vinicio Luna ingresa nervioso al set del programa de chismes de la farándula criolla “Vamos Con Todo”. Sus amigos Ángelo Barahona, Jessenia Jati, Paloma Fiuzza, Oswaldo Segura y Janine Leal lo reciben afectuosamente. Es de esa misma manera como sucederá la entrevista, si así puede llamarse a eso que más parecía a una conversación de camaradas en un bar. Luna respira tranquilo. Sonríe y se sienta en la butaca en medio de ellos.

Los asentimientos condescendientes se mezclan con los escotes, extensiones, pestañas postizas, maquillajes, botox y siliconas convirtiéndolo todo, incluyendo a la entrevista, en un solo artificio. Bueno, no se puede esperar más de nuestro periodismo de comadreo.

Más bien, los temas que pellizcan la conciencia de Luna y que son los mismos que inquietan a la teleaudiencia quedan de lado y lo que podía haber sido un buen trabajo de escrutinio periodístico termina en meras intenciones.

Al final, los abrazos, besos y agradecimientos de los entrevistadores caen como dulces indulgencias dentro de una sociedad que hace un año condenaba el tráfico de personas, utilizando el nombre de la Federación Ecuatoriana de Fútbol, FEF.

La FEF es un ente privado y que, bajo este argumento, puede decidir lo que le venga en gana. Por esto, su presidente Luis Chiriboga y su directorio decidieron reintegrar a Luna como coordinador de selecciones nacionales hace pocos días, desatando una polémica enorme que ha provocado la queja pública de algunos de sus miembros, como el alcalde de Azogues y presidente del club del mismo nombre, y la renuncia del Coronel José Ribadeneira, miembro de la Comisión de Selecciones.

En el otro lado de la polémica está otro incriminado por la justicia, esta vez deportiva. Agustín Delgado, el referente de la palabra Ecuador cuando alguien pisa tierras extrañas, es víctima del odio y de la revancha por parte de la misma FEF. El goleador histórico de la Tri hoy es reo de su mal comportamiento en el partido Barcelona-Liga de Quito al finalizar 2006. Luego de los incidentes fue castigado con la suspensión de un año calendario, exagerada a decir de muchos, tomando en cuenta la magnitud real de los hechos y además que el Tin está en el ocaso de su carrera y esa sanción ha caído como su lápida.

Hace pocos días, la FIFA, es decir, el organismo mundial del fútbol, ratificó la sanción al jugador. Lo que ha desatado la otra gran polémica es que ha sido el directorio de la FEF el que pidió e insistió en la ratificación de la pena al deportista.

El columnista Xavier Lasso escribe en El Comercio el pasado jueves 5 de abril lo siguiente: Lo que en el fondo se “castiga” es el atrevimiento del Tin Delgado de reclamar los premios ofrecidos por las clasificaciones. El Tin levantó su voz, protestó. Eso es lo que no perdona el estilo de Luis Chiriboga: sus muchachos tienen que ser sumisos, sobre todo porque la única relación que vale es aquella que heredamos de la hacienda.

Volviendo al caso de Luna, Diario El Telégrafo informó el 4 de abril que la FEF violó el Código de Ética de la FIFA al haberle reintegrado. El artículo tres es claro: "Se elegirá como funcionarios oficiales y miembros de órganos únicamente a aquellas personas que se destaquen con una conducta moral intachable y se comprometan a acatar sin reservas las disposiciones del presente Código Ético. Toda persona que no cumpla o deje de cumplir estas condiciones no es ni será elegible como funcionario oficial o miembro de órganos, o se le retirará de su cargo. Igualmente, se excluye a toda persona con antecedentes penales y cuya condena no sea compatible con el desempeño de su cargo”.

Luchito, le dicen sus amigos, los de la manada de la hacienda llamada FEF, los periodistas que le dicen si y asienten en coro. Los de los viajes con todo pagado. Misericordia para Luna, venganza para el Tin. Silencio en los grandes medios de comunicación. Esto solo pasa aquí, en Ecuador, mi paìs.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Excelente, Jorge. Tu comentario es valiente, frontal y agudo. Destaco, por mi "deformación profesional", las alusiones al periodismo deportivo cómplice por acciòn u omisión.
Un gran abrazo,

Rubén Darío Buitrón

Anónimo dijo...

Dr. Piedra creo que no debía haberle dedicado un espacio en su blog al Emperador y sus súbditos. Por el manejo que ha dado a la FEF es para su bien personal, ya que la gesta mundialista fue de los jugadores y no del Emperador como lo comentan los periodistas alfombras.

Anónimo dijo...

Jorge , es que Luchito tenia que reintegrarlo o sino Luna soltaba la sopa . No le quedo mas remedio que volverlo a recibir porque bien sabemos que Lucho sabia de los tramites que realizaba el capitan Luna . Favor con favor se pagan .
Alla entre vivos se entienden .