viernes, abril 13, 2007

Un fosforito celebra a Cuenca

A las 7 de la mañana del 12 de abril Freddy Saguay reportó por la radio que la vieja cumpleañera Cuenca amaneció con limitado tránsito vehicular, resguardo policial en el centro, edificios públicos embanderados y el parque Calderón engalanado. Después de varios días de húmedas mañanas con lluvias desde antes de las seis, la ciudad arribó a sus 450 abriles en plena mudanza a una sociedad más abierta y globalizada, desechando poco a poco sus atávicas costumbres.

A esa hora, teníamos pocos minutos para presentar las noticias que marcaban la jornada. Desde un incendio en la iglesia de La Merced, los saludos a Cuenca por parte de las autoridades, la reseña de actividades oficiales de la fecha conmemorativa hasta la agenda de festividades. Es que a las 7 y 30 debía llegar a La Voz del Tomebamba el presidente de la República, Rafael Correa.

A las 7 y 20, el operativo de seguridad estuvo desplegado. Algunos curiosos que querían saludar al mandatario se asomaron por la esquina de Benigno Malo y Muñoz Vernaza. Los funcionarios de la Sala de Prensa tomaron posiciones para sacar fotos y videos. La policía cerró el tráfico por el sector. Llegó la Secretaria de Comunicación Mónica Chuji y nos informó que el presidente estaba en camino.

A las 7 y 30, hora señalada para iniciar el encuentro, llegó Gustavo Cardoso de radio Ondas Azuayas con quien compartimos la tarea. Se enlazaron cuatro radios para el efecto. De un momento al otro, arribó el presidente. Entró directamente a la cabina de la radio. Vestía un elegante terno azul marino, camisa blanca y corbata a rayas diagonales. Saludó con amabilidad a los panelistas y nos contó, extra-micrófono, que apenas duerme cinco horas al día en la sierra y seis en la costa. Estaba molesto, no con nosotros, sino con Jorge Ortiz y Teleamazonas por la cancelación de la entrevista que tenía pactada justo antes de la nuestra.

Antes de arrancar con las preguntas y respuestas, mostró su preocupación con Mónica Chuji, quien le informó algo acerca de un diputado y le preguntó al presidente si lo pone en la lista. No sé si se refirió al diputado destituido Alfredo Serrano, que pocos minutos antes lo había criticado con dureza ante Jorge Ortiz y tampoco a qué lista se referían, pero me quedó esa impresión.

A las 7 y 35 nos zambullimos en las preguntas y respuestas. El programa duró 53 minutos, durante los cuales se refirió a temas como la consulta, la relación con los medios o los plenos poderes de una futura Asamblea Constituyente. También hubo tiempo para pedirle explicaciones acerca de la vialidad del austro, del presunto intercambio de favores en Hidropaute, del maltrato en las embajadas o de las malas premoniciones económicas del FMI para nuestro país en 2007.

La última vez que pude entrevistar en vivo al Economista Correa fue en noviembre de 2006, en plena segunda vuelta. De entonces a ahora, he podido percibir algunos cambios obvios. En noviembre era el candidato, hoy es el presidente. Pero lo que más me llamó la atención es que su estilo de confrontación ha crecido. Ha subido más la guardia y devuelve a las preguntas de los periodistas con golpes directos o indirectos, convirtiendo el acto en defensa-ataque, colocándose en ese papel peligroso de encontrar fantasmas en donde no siempre los hay.

Pese a todo, el presidente, finalmente se despidió con amabilidad, agradeció a los comunicadores de Cuenca y saludó a Cuenca en su fecha recordatoria.

El punto negro de este encuentro se dio luego, al salir de la cabina, después de estrechar las manos de quienes le entrevistamos y cuando empezó a buscar la salida hacia la calle Benigno Malo, nuestro compañero de la radio y colega de Teleamazonas, Carlos Ochoa, lo esperaba en el pasillo, cámara en mano, por donde debía pasar para hacerle un par de preguntas. En una reacción inadecuada e intemperante, el mandatario dijo “¿quién es este malcriado que se cruza por el camino del presidente?”, lo que provocó la reacción de los elementos de seguridad que le rodearon y, uno de ellos con su mano, tapó el lente de la cámara y, con violencia, la bajó hacia el suelo. La acción duró pocos segundos. El Economista Correa recapacitó y dijo: “déjelo capitán, porque le voy a responder”. Entonces criticó a Jorge Ortiz por no haber venido a Cuenca a entrevistarlo, por lo que tuvo que cancelar la entrevista, dejando en claro que no aceptaba que sea vía satélite. Salió de la radio y se fue en medio de un impresionante operativo de seguridad.

Fin de este nuevo encuentro con periodistas que tuvo este remate inesperado, exagerado, pero sobre todo, lamentable.

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Para el noticiero de este viernes 13 de abril, Pierina Correa, se sentó en la misma silla que el día anterior ocupó su hermano menor. Fue ella la que mejor nos pudo explicar por qué el presidente tiene esas reacciones y creo que lo definió como solo lo puede hacer alguien que lo conoce desde niño. Pierina dijo de su hermano: es un fosforito.

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