Partamos de una cosa: Linkin Park no es de esas bandas, tipo Maná, que no cambian para nada sus esquemas exitosos (como dice el axioma futbolero: la alineación del equipo ganador no se toca). Eso no va para el sexteto californiano. En los prólogos de “Minutes to Midnight” ya se habían curado en salud al vilipendiar al nu metal que tanto les aportó en “Hybrid Theory” (2000) y “Meteora” (2003), pero que hoy se debate en retirada frente al emo-punk que goza de sus quince minutos.
Con el reclutamiento del respetado productor Rick Rubin, el nuevo heredero de la prole linkiniana avisaba que no se parecería a sus dos ilustres hermanos.
El resultado ha dejado comentarios repartidos. Se mantienen, en algunas canciones, los gritos desesperados y de altos decibelios de Chester Bennington en “Given Up”, “Bleed It Out” o “No More Sorrow”; así como las melodías bien logradas y pulidas en un estudio en donde lo musical se señorea. Encontrar temas feos o desprolijos en “Minutes to Midnight” es improbable.
De otro lado, el famoso tándem vocal Chester-Shinoda ha sido postergado a escasos relámpagos. Los arrebatos electrónicos de Joe Hahn tienen menos presencia. Las letras son más políticas, sobre todo de lado de Mike Shinoda cuando en “Hands Held High”, George Bush paga los platos rotos; y, comprometidas como el portaestandarte “What I’ve Done” –de paso la canción más parecida a los discos anteriores (ver video)- o “The Little Things Give You Away” que recuerda a la Nueva Orleáns castigada por Katrina.
El punto más flaco del cd son los temas suaves, muy suaves se dirá, para una banda con tanta energía y que se agrupan de la segunda mitad hasta el fin del disco.
Si no hay nada nuevo bajo el sol del rock, lo de Linkin Park se encasilla ahora en temas más power aptos para impresionar en escenarios y video clips. Se dirá entonces que el disco es más comercial, que hay canciones que suenan a U2 y hasta a Coldplay (“Leave Out All The Rest”); pero no es tanto, porque el summun con retazos raperos, hiphoperos y metaleros laten por detrás de la placa.
Escoger 12 canciones (una de ellas instrumental) de 150 probetas ha sido una tarea difícil para una banda que, en esta ocasión, se demoró un año y medio en alumbrar su tercer crío. La crítica ha pasado desde despiadados botafuegos de los fanáticos metaleros hasta reverencias incondicionales de los más frescos. Y es que eso de cambiar de estilo provocará todo tipo de apostillas.
Finalmente, hay que admitir que los laureles de Linkin Park se han basado en sus singles. En “Hybrid Theory”, los números uno fueron para “One Step Closer”, “Crawling” e “In The End”. En “Meteora” subieron al podio “Somewhere I Belong”, “Faint” y “Breaking The Habit”. En este nuevo trabajo pasará lo mismo, con lo cual su apuesta por el cambio tiene fundamentos.
3 comentarios:
Anoche conversaba con Dario de este post y justo sono what i've done, entonces los dos nos vimos a la cara y si, es (al menos el coro) speed of sound de coldplay pero algo mas pesada.. y gracias a eso me voy a comprar el cd porque me parece interesante el cambio, yo solo decia linkin park esta diferente pero no lo vi a profundidad..
Fui al concierto en Paris y nada que decir, es un grupo simplemente excelente, a pesar que es verdad el cambio de genero impresiona, pienso que este album va a por lo menos igualar sus predecesores.
super soft ese disco, sinceramente esperaba algo mas explosivo como en los discos anteriores, pero LINKIN PARK ES LINKIN PARK, y definitivamente me sigue fascinando.
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