martes, julio 24, 2007

Con Andrés Carrión en La Voz del Tomebamba

Estos son días complicados para la profesión de periodista. Censuras oficiales, generalizaciones rencorosas y palabras en doble sentido han estropeado la práctica de la comunicación. El mandatario roza la obsesión testaruda de su prejuicio contra los informadores, mientras sus admiradores le hacen ronda.

Son duras jornadas porque el permanente vejamen gubernamental tiene su eco en otras parcelas de la comunicación social. Nuestros periodistas nos cuentan el creciente ambiente de hostilidad que afrontan. Ejemplos como el ocurrido durante el paro minero de junio, cuando se señalaron varias agresiones a los reporteros por parte de un sector extremista de los manifestantes; o, cuando autoridades, como el ex comandante de la policía local Raúl Ribadeneira trataba con grosería y prepotencia a los reporteros. Los malos ejemplos han empezado a propagarse como hongos después de la borrasca.

A muchos colegas no les llegan las ofensas cotidianas. En lo personal sigo creyendo que, cuando el presidente reprocha a los medios, no se está refiriendo a las radios en las que trabajo. Pero, cuando insulta a los periodistas, siento que cada vez más está apuntando a quienes no nos subordinamos a la intransigencia y no admitimos los sectarismos.

Andrés Carrión, periodista de radio y televisión, compartió durante dos días la mesa de nuestro noticiero de las siete de la mañana. Fue una enriquecedora conexión con su noticiero “La Palabra” de radio Sonorama. Andrés escribe en su blog que “el pasado reciente nos enseña que presidentes que provocaron la unidad, el entendimiento y la aproximación fueron los que la historia los recuerda con mayor consideración: Clemente Yerovi y Galo Plaza. Aquellos como León Febres Cordero se los tiene más bien en la vasija de los desafectos”.

Cuando, fuera de micrófonos, le pregunté su opinión acerca del enfrentamiento del presidente con la prensa, dijo que había una buena parte de razón del mandatario cuando criticaba a los banqueros dueños de los medios: “No puede ser que quien maneja el 70 por ciento de la banca del país, sea dueño de un canal de televisión”. En lo que no estaba de acuerdo era en el ambiente de hostilidad e intolerancia al que hemos llegado en estos seis primeros meses de régimen del socialismo del siglo veintiuno.

Al final, en medio del ambiente crispado en que se halla el periodismo ecuatoriano, recibimos varios mensajes de felicitación por la presencia de Andrés Carrión en La Voz del Tomebamba, compartiendo las entrevistas y las noticias durante dos jornadas. Una agradable experiencia que esperamos repetirla en el futuro con otros comunicadores.

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